- Un objetivo: Por primera vez en cuatro años, el Cádiz afronta una temporada con una exigencia máxima: el ascenso como meta principal. El nivel de exigencia de esta campaña fue colocado por Antonio Muñoz dos días después de confirmarse el descenso a la categoría de plata: cumplir el mandato de la afición de volver a estar el próximo curso en Primera División. A partir de esta premisa el Consejo de Administración se puso manos a la obra para sentar las bases de un nuevo proyecto dentro del fijado hace dos años con la llegada de Víctor Espárrago al banquillo cadista.

- Primera medida: fue la de asegurar ante los micrófonos y las cámaras de los medios de comunicación que ningún jugador importante de la plantilla saldría de ésta por un euro menos de la cantidad fijada en su cláusula de rescisión. Una decisión tomada con mucha alegría por parte del aficionado que veía en Lobos y otros jugadores la piedra angular sobre la que se tenía que afrontar esta temporada, mientras llegaban las noticias de las primeras ofertas por jugadores llamados a piezas claves para el objetivo prefijado.

- Segunda medida: con una celeridad nunca antes vista en el club, minutos después de terminar el último partido, se hacían públicos los primeros descartes de la plantilla. Dos de ellos (el de De La Cuesta y Mirosavljevic) dejaban claro que la apuesta por Lucas Lobos y el joven Javier Acuña era total. El resto de ellas significaba también un intento por rebajar la media de edad del actual plantel.

- Tercera medida: fue la no renovación del cuerpo técnico. Una idea que a pesar de parecer cantada tras el partido de Getafe, se empezó a dudar de ella tras la goleada ante el Málaga. Tras esto, sólo queda dar con el sustituto del entrenador que los números de las estadísticas consideran como el mejor técnico de toda la historia del Cádiz CF.

- Perfil: La tercera y última medida significa la búsqueda de un técnico que se acople a un perfil que está condicionado a todas las importantes decisiones anteriormente citadas: objetivos a seguir y herramientas con las que contar. Para conseguir el objetivo es indudable que la persona que se haga cargo del equipo debe ser un técnico acostumbrado a un alto nivel de exigencia, que conozca al dedillo una categoría que es una de las más igualadas del fútbol europeo, que tenga la experiencia de lograr un ascenso a Primera División y que soporte de manera inconmensurable la presión que ello conlleva.