Chip_Iron/esecadizoe.com
Las depresiones estivales son algo normal después de cada temporada. No entiende de países o de categorías. Lo mismo le puede pasar al Real Madrid con Ronaldo, al Málaga con Duda o al Recreativo de Huelva con Uche. Nadie está a salvo. Jugadores que quieren mejorar su situación deportiva y/o económica y que tensan la cuerda entre su club y el que lo pretende, representantes que lloriquean un acuerdo entre las entidades y aficionados expectantes sin poder ver con claridad entre tanta lágrimilla ajena.

La palabra de Antonio Muñoz fue tajante y clara una vez terminada la liga: «El que piense que se va a marchar diciendo que no está a gusto que se le quite de la cabeza. Ya se lo he dicho a algún futbolista de la plantilla. Si tiene tantas ganas de jugar en Primera, que lo dé todo teniendo contrato en vigor y la temporada siguiente jugará en Primera, pero con el Cádiz.»

Para estos casos, lo mejor es mantenerse firme en lo dicho y preparar por si acaso algún psicólogo deportivo (un puesto que cada día es más importante en esto del fútbol). En Huelva lo vieron con claridad y Uche acabó siendo Pichichi de la categoría y llevando con sus goles al Recre de vuelta a Primera.

Lo dicho: firmeza y un buen diván (si es amarillo como el de la foto, mejor).