Los próximos amistosos no podrán, ni mucho menos, calibrar el potencial de las nuevas caras ni el del resto de jugadores. Ese no es su objetivo. Pero sí dará muchas pistas de lo que Oli espera de esta plantilla y de su exigencia a la hora de colocar el dibujo en el césped. Estaremos expectantes para ver si esa apuesta por fútbol de ataque se traduce también en un cambio de sistema. Dos puntas, 4-3-3, presión… Algunos ya hemos empezado a dibujar mentalmente los sistemas, a colocar jugadores en diversos puestos, a sopesar los pros y los contras como si de nosotros dependiera esa parcela del campo. Es lo que tiene este deporte: para lo bueno y para lo malo, todos formamos parte de él.

El técnico asturiano es consciente de que se le va a mirar con lupa por su bautizo en el banquillo y por que las exigencias serán altas. Él está seguro de lo que hace y estoy convencido de que sabrá torear esa presión de la misma manera que lo sabía hacer como jugador. Nosotros, los aficionados, también tenemos que ser cautos y estar a la altura de las exigencias y de las dificultades que puedan surgir.

Parafraseando al jugador brasileño Gentil Cardoso, el balón está hecho de cuero, el cuero se saca de la vaca y la vaca come hierba. Pues ahí es donde debe estar el balón cuanto antes: en la hierba.