Ahora las cosas son bastante diferentes. Ni la trayectoria, ni la moral, ni los resultados se sitúan en el mismo lugar de la balanza que en aquella tarde de Junio. Pero hay una cosa que no cambiará: el partido será para el que tenga más claro lo que debe hacer sobre el campo.

Los de Pepe Murcia parten a priori con ventaja en ese aspecto. Su brillante comienzo de campaña así lo muestra y los números xerecistas son el vivo ejemplo de un trabajo bien hecho y de manera concienzuda. Un equipo bien armado defensivamente, que no se arruga ante las adversidades y que mantiene una filosofía de juego basada en el trabajo colectivo, la presión y el orden.  Pero a veces esa seguridad puede resultar excesiva y convertirse en confianza. Que la carga emocional a la que antes hacía alusión, traspase los límites del vestuario azulino, puede volverse en contra de sus propios intereses.

El Cádiz de Jose González en cambio llega cargado de dudas (aunque cada vez vayan quedando menos). Da la impresión de que el trabajo diario puede estar enderezando el rumbo de una plantilla desquiciada y sin ideas como la que había dejado Oli. Su principal baza para el domingo podría estribar simplemente en ser conscientes de su situación. Tener claro lo que se puede perder o se puede ganar en este partido lo considero fundamental para afrontarlo y no hacerlo como si fuera el partido del ascenso o te lo jugaras todo.

No sé qué equipo colocará Jose de inicio en Jerez. Pero imagino que a quien disponga se le pedirá que mantenga la cabeza fría y que haga frente a cuestiones que excedan lo meramente futbolístico para que estas no distraigan el verdadero fin del partido.