OPINIÓN | No se trata de ser ofensivo o defensivo, sino de competir

opinion javiquinones 29052019

Cuando era pequeño, pertenecí al equipo de mi colegio, el Liceo. En San Fernando. Nunca llegué a ser buen jugador, las piernas no hacían lo que estaba en mi cabeza. No logré ser como Beckham o Figo. Corría mucho y le pegaba con la diestra, así que me pusieron de extremo derecho. A correr hacia arriba cuando teníamos la pelota y hacia abajo para ayudar al lateral cuando no la teníamos. Atacar y defender. Fácil, fácil. Con los años todo se va complicando, llegan los desmarques, aguantar el balón para que el lateral te doble, presionar la salida de balón, cubrir espacios, mejorar el centro, encarar y driblar al rival. Sumando, por supuesto, las instrucciones del entrenador durante el partido que yo ni entendía. El fútbol, para mí, ya no era solo atacar y defender, era mucho más que eso.

Ver el fútbol como un deporte en el que once jugadores atacan y defienden dependiendo de si tienen la pelota o no me parece hacer un balance demasiado superficial. Hay mucho más, y la prueba es que puede haber dos jugadores que jueguen en la misma posición y puedan variar la manera en la que el equipo se comporta en el césped. Machís y Jairo, Álex Fernández y José Mari, Aketxe y Manu Vallejo o, inclusive, Lekic y Querol. Son algunos de los ejemplos cadistas de que, si eliges a uno de ellos para una posición concreta, puedes ver al equipo moverse de manera distinta. Cada uno, dentro del rol que le otorga la posición y distancia a las porterías, da unas prestaciones diferentes al equipo.

El marrón de esas decisiones recae como no podía ser de otra manera en el entrenador, que para eso está. En el caso del Cádiz, en Álvaro Cervera, a quien no pretendo defender, ni atacar, en este artículo. Bajo su forma de ver el fútbol y teniendo en cuenta, normalmente, el rival que hay delante, decide colocar unos jugadores u otros. Todavía no he visto un entrenador que no saque un once titular (y un banquillo, que este también juega) para ganar. Poner más jugadores en la zona de ataque no hace al equipo más ofensivo, ni poner más jugadores en la zona defensiva lo hace más defensivo, eso hay que asimilarlo. Buscar el equilibrio con las características de los jugadores es lo que, cuando rueda la pelota y las piezas se mueven bajo unas directrices, hace competitivo o no a un equipo. Se trata de eso, de competir. El único camino hacia la victoria es competir igual o mejor que el contrario con las armas que dispongas.

Me llamó la atención que, el pasado domingo, se criticara que Cervera había sido conservador al poner a Edu Ramos, un jugador de corte defensivo, pero con capacidad para mover la pelota, compartiendo centro del campo con Garrido. A mí, personalmente, no me sorprendió. Delante había un rival muy poderoso en todas sus líneas que, jugando en su estadio a rebosar y, estando a tres puntos del ascenso a Primera División, iba a salir en tromba hacia la portería rival, como así fue. La idea era torpedear la creación en su sala de máquinas. Saltó al campo con un doble pivote de contención y, claro, el Cádiz fue un equipo defensivo pese a jugar con sus jugadores más rápidos en ataque, un delantero centro de referencia y dos laterales con proyección ofensiva. Extraño.

El arranque fue difícil para el equipo amarillo y los planes iniciales se trastocaban a los dos minutos con la lesión de Edu. En su lugar entró Álex, un jugador al que no pareció costarle el ayudar a contener el centro del campo una vez que se asentó en el campo. El entrenador se vio obligado a adelantar un movimiento que seguro tenía pensado para el segundo tiempo. Y así fue cómo el equipo defensivo de Cervera terminó tirando seis veces más a puerta que el Granada y fue mejor que su rival una vez que el arreón inicial de este se diluyó. La paciencia también es una herramienta en el fútbol, sobre todo cuando el equipo contrario está ansioso por marcar pronto.

Todo esto es, como se indica en el titular, mi opinión. Mi percepción de lo poco de fútbol que sé. Mi manera de ver el fútbol. Por edad, por lo visto y por currículum. Bueno, si a ganar dos torneos de fútbol-7 se le puede llamar currículum. Yo creo que no. Siempre he tenido claro que ser un equipo defensivo u ofensivo no es cuestión de los jugadores que estén en el campo, sino de la actitud. Actitud, el superpoder que hace competitivo a un equipo para distinguirlo del resto. También recuerdo que, cuando era pequeño, el entrenador me dijo que lo más importante era disfrutar y hacer lo que supiera, aunque no entendía que me sacara del campo si no ayudaba al lateral. Qué raro, si a mí me dijo que yo era un “jugador” ofensivo. Si yo era extremo derecho, ¿no? Años después lo entendí.


Javi Quiñones Miralles
Redactor de Portal Cadista

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