Hemos pasado con nota los cuatro últimos partidos. No ha importado que tres de ellos se jugaran fuera de Carranza ni que dos fueran contra Celta y Alavés. Diez puntos como diez soles amarillos de doce posibles. En estos partidos, en los que han sido protagonistas jugadores que el cuerpo técnico ha recuperado para este final de liga, hemos mostrado a la burocracia futbolística todos los papeles habidos y por haber para presentar nuestra candidatura al ascenso. Parece que todos los jugadores quieren participar de la fiesta y se lo ponen cada semana más difícil a los técnicos. Que lujo. El lujo de que 20 equipos quisieran estar en nuestro lugar faltando sólo diez jornadas y que toda España vea como una y otra vez la marea amarilla inunda estadios aunque algunos dirigentes quieran impedirlo.

Si el fútbol fuera justo, el tiempo debería detenerse ahora mismo y dejarnos más tiempo para disfrutar lo que estamos viviendo. Porque a veces una semana no parece suficiente (como tampoco lo parece para algunos el punto conseguido en Málaga) y el domingo toca seguir luchando. Tiempo para ver las cosas desde la distancia de, por ejemplo un mes, y observar que hace cuatro partidos estábamos a un solo punto del cuarto clasificado. Y es que, con la vorágine de encuentros, es difícil ver más allá del domingo más cercano.

Y el que viene, el Salamanca. Un árbol que aunque esté herido, tiene unas raíces muy profundas y un entrenador que es capaz de utilizar la propia madera de su árbol para levantar una empalizada defensiva en su área. Así que toca afilar el hacha y afinar las gargantas. El hacha para cortar la madera charra y las gargantas para cortar de un tajo los ánimos del contrario.

Ojala se escuche este domingo en Carranza eso de: “Tronco va!!!!!”

Chip_Iron/esecadizoe.com
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