La mejoría del equipo es incuestionable. La confianza y el trabajo diario tanto de cuerpo técnico y jugadores está dando sus frutos convirtiendo en estos momentos al Cádiz CF en un equipo bien distinto al visto en los últimos meses. Los fichajes del mercado de invierno empiezan a sumar, como son los casos de David Sánchez, Nana o Jandro.

La grada lo agradece y la situación en Carranza ha cambiado también diametralmente en las últimas jornadas. Lo que antes eran pitos y broncas ahora se han convertido en aplausos. Incluso la ola apareció en la primera mitad del encuentro ante el Linares para agradecer el buen juego que estaba desplegando el equipo amarillo sobre el césped.

Lo cierto es que ahora los jugadores se atreven. A nadie le quema el balón en los pies, aparece la solidaridad defensiva y el esfuerzo colectivo trae así recompensa. Era lo que se buscaba y quizás haya llegado en el momento oportuno. Solo el devenir del campeonato y el futuro playoff puede despejar la incógnita de si será suficiente. La afición, mientras tanto, disfruta y lo tiene merecido.