Como cada vez en más ocasiones, lo mejor para tratar cualquier asunto es hacerlo con tranquilidad y evitando caer en las prisas por opinar. Es decir, todo lo contrario de lo que ocurre en redes sociales, las cuales ya parece haberse convertido en redes de ira y enfado, sin hablar del cada vez más preocupante porcentaje de personas que las usan sin ni siquiera entender lo que leen.
El último tema que ha levantado polémica es el de los precios de los abonos para la siguiente temporada. Algo que, como ocurre en todos los equipos y todos los veranos, atrae opiniones de todo tipo. Y así ocurrirá también con los fichajes, las equipaciones, etc. Como debe ser, además.
El principal foco de las críticas está en el montante a pagar por aquellos aficionados que vayan a hacerlo por primera vez, frente a los que renuevan desde diferentes categorías. Un abanico de precios en los que, no se puede negar, están desde los muy baratos para una campaña en LaLiga Santander a los prohibitivos de las altas nuevas. Y sí, hay que hacer hincapié en la diferencia, porque en pleno siglo XXI hay gente que no entiende la diferencia y trata los precios de estos últimos como si fueran los que van a pagar cualquier cadista. Y no es así. Algunos hinchas incluso han recreado en una tabla ese precio por partido que se paga de manera escalonada en cada tipo de renovación.
Para comenzar, es obvio que si el abonado fiel de Segunda B debe ser premiado, tal y como llevaba temporadas pidiendo la propia afición sin que se le hiciera caso hasta la llegada de los actuales rectores, debe haber una diferencia sustancial entre esos precios y el resto. Si no, no existiría tal premio y también habría críticas. También es una petición histórica desde que tengo uso de razón esa de que aquellos que vayan al estadio a ver a los rivales de más categoría también deberían ser “sablados”. Ahora bien, todo tiene sus matices y todo también es mejorable.
¿Todo abonado nuevo va a aprovecharse de que el Cádiz esté en Primera y se abona ahora para ver a los rivales en vez animar al equipo cadista? Obviamente no. En toda afición hay un lógico relevo generacional, al cual se van sumando efectivos para mantenerla viva. Ese relevo en el Cádiz es muy complicado con esos precios. La chavalería que por primera vez quiera acudir al Nuevo Mirandilla lo tendrá muy complicado con esas cantidades y la situación económica de la provincia en particular, y del país en general, lo hará aún más difícil. A ello hay que unirle aquellas familias que han sido abonadas durante temporadas y ahora quieren acudir con su descendientes, altas nuevas que conllevan unos precios muy complicados de asumir.
Estos dos últimos aspectos no van a ayudar sin duda alguna a que la afición del Cádiz crezca en las gradas, aunque sí seguirá haciéndolo fuera de ellas gracias a la buena trayectoria deportiva del equipo en los últimos años.
Insisto que esto, como los fichajes, los diseños de las equipaciones, etc., es criticable. Incluso lo de dar como “regalo” a los que no faltaron a los últimos seis partidos en casa una entrada para un el Trofeo del “deja vu”. Pero, de la misma forma, toda crítica debe hacerse con tranquilidad y mesura, porque la táctica del “todo mal” es insoportable y, además, acaba provocando mucha pereza.