De nuevo el Ateneo Gaditano fue testigo de una cita más con el fútbol. En esta ocasión se abordó el tema “El Cádiz CF como trampolín”. Para ello, nadie mejor que tres historias vivas del equipo amarillo: Joaquín Acedo, Manolín Bueno y Juanito Mariana. Tres hombres que tras su paso por el Cádiz dieron el salto a equipos como Sevilla, Real Madrid y FC Barcelona respectivamente. También participó un gran conocedor de nuestro equipo como es Juan Manuel Pedreño y la moderación de Manolo Lapi. Una charla-coloquio que hizo las delicias de todos los que asistieron.
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El periodista de Canal Sur Radio comenzó haciendo un repaso a lo que fueron los comienzos de estos tres jugadores en el fútbol de nuestra ciudad, su llegada al Cádiz y posterior marcha a importantes equipos. Tres hombres de una calidad técnica reconocida allá donde jugaron y que tuvieron sus inicios en el fútbol gaditano y el Cádiz CF.
Para Juan Manuel Pedreño estos tres jugadores, junto a Pepe Mejías, han sido el exponente máximo de calidad técnica del fútbol gaditano. Los tres pasaron por el Balón de Cádiz y de ahí al primer equipo de la ciudad.
Juanito Mariana, conocido como “el niño de oro”, pasó del Cádiz al FC Barcelona. “Era un clásico 7, podía jugar de 8 y sabía jugar de nueve. Manolín Bueno llegó al Cádiz donde no estuvo mucho tiempo debido a su gran calidad y fue directamente al Real Madrid donde estuvo nada menos que trece años para pasar luego al Sevilla. Por delante tenía al gran Paco Gento. Siempre se le llamó el eterno suplente pero en ese tiempo jugó muchos partidos. Fue de los pocos jugadores que en aquel tiempo formó parte de la Selección Resto del Mundo. El Madrid en aquella época lo retuvo porque no quería reforzar a posibles rivales en Liga, Copa de Europa e incluso competiciones intercontinentales. Lo quisieron equipos como el Valencia, Roma, Fiorentina o River Plate. Joaquín Acedo hacía, para que lo entendamos, de Xavi. Podía jugar con el 10, con el 8.”
Leyendas creadas sobre estos jugadores
A lo largo de los años, como suele pasar con las figuras de este deporte, se van tejiendo en torno a ellos leyendas que poco tienen que ver con la realidad. Los mismos protagonistas aprovecharon la ocasión para hablar de ellas y qué componente de verdad hay en cada una de ellas.
Joaquín Acedo. Se dice que un entrenador suyo en el Sevilla (el alemán Max Merkel), colocaba a Joaquín un saco de arena en su espalda, con el que le hacía subir y bajar la grada del estadio. Acedo ha dejado claro que eso nunca ocurrió. Pero no distaba mucho los entrenamientos de ese entrenador con la ya leyenda del saco. Les hacía entrenar en Sevilla en dos sesiones de mañana y tarde, con 40 grados de temperatura. Si a eso se le unía que por el calor dormir por la noche era imposible y que incluso perdió las ganas de comer, esa pretemporada fue para él un verdadero calvario. Su pase al equipo de Nervión también fue explicado por Acedo: “Un día en Cádiz, sentado en un restaurante, alguien me puso en la mesa un documento. Pregunté qué era y me dijo que el contrato para que firmara por el Sevilla. Le dije que quién le había dicho que iba a firmar por el Sevilla y, mucho menos por la cantidad que allí aparecía”.
El club sevillano no se dio por vencido y su presidente se reunió hasta diez veces con el jugador en Cádiz sin convencerlo. Finalmente lo llamó el mismo presidente del Cádiz Francisco Márquez Veiga para decirle que tenía que fichar por el Sevilla porque el club hispalense le iba a dar al Cádiz ocho jugadores y que sin ellos el equipo amarillo no podría confeccionar la plantilla el año próximo y ante lo cual accedió.
Manolín Bueno. La idea que se formó sobre el futbolista gaditano en el Real Madrid es que, a pesar de ser suplente, el dinero que ganaba en el club merengue le bastaba para seguir allí aunque no jugara. “Sí, la gente me decía que yo no jugaba pero me había hecho rico y eso no era así. Yo no jugaba porque no me dejaban. En aquella época existía el derecho de retención y los equipos no te dejaban salir si no querían. Yo todos los años me quería ir y todos los años venían equipos como Barcelona, Sevilla o Valencia para ficharme. Una vez que el Barcelona me quería, me dijeron que iba a jugar precisamente contra los azulgranas porque Gento se había lesionado. El entrenador del Barça me dijo que no jugara, que me hiciera también el lesionado y que me ficharían. Ese partido fui el mejor del equipo y no me quisieron vender. Un día llegó Miguel Muñoz (con el que casi no me hablaba) y me dijo que no me podían vender al Barcelona porque si jugaba allí cinco partidos seguidos no sólo lo iban a echar a él, sino que también echaban al mismo presidente Bernabeu. Yo le dije entonces que lo que tenía que hacer era ponerme a mí diez partidos seguidos. Lo que hicieron para que me conformara fue ponerme unos cuantos partidos pero de extremo por la derecha.”
Juanito Mariana.
La leyenda que arrastra Juanito Mariana en su paso por el Barcelona es la de que la Ciudad Condal se tragó al entonces jugador con su ambiente. Algo que él desmiente categóricamente. “A mí Barcelona nunca me pudo tragar simplemente porque yo estuve desde chiquillo allí. Yo me fui con doce años y conocía la ciudad perfectamente. ¿Puede ser que la manera de trabajar en aquel club fuera diferente a la que yo conocía aquí y no me adapté? Puede ser. Yo ni siquiera vivía solo allí. Lo hacía en casa de los padres de un jugador del Espanyol y también estaba allí el mítico Ramonet. A mí todos los que en aquella época dijeron eso, me han podido conocer durante los 45 años después de dejar el fútbol. A mí nadie me puede decir que me ha visto de bares o en otros sitios porque yo nunca he sido de esa condición. Lo que pasó es que Balpiña escribió eso en su libro del 75 aniversario del Cádiz y según me dijo luego lo hizo porque era lo que se rumoreaba.”
En definitiva, el Ateneo Gaditano ha sido en la tarde de hoy el escenario para el recuerdo de los más mayores y el lugar para aprender cosas del fútbol de siempre para aquellos que no lo somos tanto.