
Ahora se encuentra en un club que no tiene la repercusión del cadista, y donde las cosas se ven de diferente manera. “Este es un club pequeño, con mucho menos apoyo que el Cádiz. El tiempo que estuve allí fue fantástico y todos se portaron muy bien conmigo”.
Aún recuerda el partido en el que al equipo se le escapó el ascenso por un penalti y espera que eso pronto quede en el olvido porque el Cádiz esté lo antes posible en Segunda División. “Cada vez que veo el vídeo de ese partido, me entra una angustia tremenda. Lo tuvimos tan cerca. Espero de verdad que el Cádiz ascienda pronto y que todo eso se pueda olvidar”. Ahora defiende los colores de otro equipo y sabe que su deber es intentar hacerlo lo mejor posible en Carranza este domingo. “Si marco, tengo claro que no lo celebraré. Es lo que me sale de dentro”.
Cree que la situación actual del Cádiz mejorará sin duda alguna, ya que es “un equipo de superior posición en la que está. Enfrentarnos a ellos ahora es un arma de doble filo. Igual que pueden tener miedo a perder de nuevo, nos encontramos a un equipo herido que puede ser aún más peligroso”.