Todas las conversaciones y reuniones mantenidas hoy entre la LFP y la RFEF han servido solamente para dejar la composición de Segunda B y de Segunda División exactamente igual que cuando la Liga de Fútbol Profesional no inscribió al Real Murcia en la categoría de plata. Es decir, los pimentoneros jugarán en el Grupo I de Segunda B y el CD Mirandés lo hará en su lugar en Segunda División.
Durante todo el día se había especulado infinidad de alternativas. Desde ampliar la liga a 24 equipos, hacerlo a 32 con dos grupos de 16 e incluso subir al Murcia, dejarla con 23, que un equipo descansara cada semana y que al final de la competición hubiera cinco descensos.
Pero finalmente todo sigue tal y como se quedó. La Liga Adelante se jugará este fin de semana con el último calendario configurado. El Real Murcia podía seguir recurriendo por vía ordinaria y quien sabe cuál puede ser el desenlace final y, lo que es peor, cuándo llegará.
Lo que sí está claro es que “la mejor liga del mundo”, como la define el Presidente de la RFEF Ángel María Villar, ha sido protagonista de un nuevo bochorno un verano más.