El equipo al que se enfrenta el Cádiz este sábado está en un momento muy grave en el aspecto institucional. Protestas antes de los partidos y amenazas con no disputar sus encuentros han sido una constante en los últimos meses en el Lucena CF. Desde septiembre se vienen produciendo nada más comenzar la temporada, concretamente desde septiembre. Poco antes la gestora que dirigía las riendas del club decidió vender a unos empresarios que no han cumplido con lo prometido.

Situaciones dantescas se han dado durante la campaña ya que cuando los futbolistas acudían como visitantes, como fue el caso de su partido en Carranza en la primera vuelta, el club ni siquiera les facilitaba la comida para el regreso. Sus jugadores tenían que pagar de su bolsillo el tentempié tras el encuentro o traerse directamente el avituallamiento desde casa. Algo parecido ocurrió esta pasada jornada al viajar a Villenueva, donde fue la plantilla del equipo rival la que invitó a los jugadores del Lucena a pizzas tras el choque.

Negocios de la localidad cordobesa están intentando colaborar dentro de sus posibilidades para que el equipo al menos acabe la temporada. Este sábado un McDonalds cercano al estadio lucentino donará a la plantilla un euro de cada menú que se consuma en su local antes del partido.

Una situación que no está impidiendo sin embargo conseguir algunos puntos, lo que habla a las claras de la profesionalidad de unos futbolistas maltratados por su propio club que están dando un ejemplo de profesionalidad en cada uno de sus compromisos.