Es lógico que los entrenadores jueguen al despiste y no den pistas al contrario. Tampoco es extraño que no aclaren antes de un partido si se usará tal o cual sistema o simplemente si un jugador será titular. Sin embargo, lo ocurrido esta semana en Tarragona y cuyos protagonistas han sido Quique Martín y José Kanté, traspasa ya esa lógica.
El técnico navarro aseguró el viernes en rueda de prensa que Kanté “tiene una microrroturilla y no va a estar”. Algo que evidentemente no era así porque el internacional guineano jugó e incluso fue titular.
Una maniobra de despiste que, en primer lugar, no le sirvió para nada pues su equipo cayó derrotado y, en segundo lugar, resta credibilidad al técnico en sala de prensa ante los medios de comunicación.