El uruguayo anotó el gol del triunfo en el descuento.

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A veces nos preguntamos qué tiene el fútbol para mover tantas pasiones y la solución está en partidos como el vivido hoy. No ha servido para ganar ningún título ni tampoco para siquiera lograr la permanencia ya que para eso queda aún. Pero hoy el Cádiz se ha encontrado con la victoria que le hacía falta y que se le había resistido en tantas ocasiones esta temporada.

Un partido con todos los ingredientes de máxima tensión el que tocaba vivir hoy en el estadio gaditano. La afición volcada desde su equipo y dándole sus ánimos hasta dos horas antes del encuentro. Todo estaba a punto para luchar en el césped y al final los tres puntos se quedaron en el casillero del equipo que quiso ir por la victoria, del que jugó sin ambigüedades.

El poco fútbol fue la tónica general del partido y, sobre todo, de la primera parte. Las ocasiones totales de ambos conjuntos pudieron contarse con los dedos de una mano. El Real Murcia gozó de una falta en la frontal que Bruno mandó alto por poco. Los de Jose González juntaron mucho sus líneas y se arroparon casi al borde del área esperando al Cádiz. Los amarillos ponían algo más de intensidad en el juego, quizás por el hecho de jugar en casa y estar en una dinámica contraria con respecto al rival en los últimos choques.

Una jugada polémica fue la única llegada del Cádiz con cierto peligro. Ogbeche encaraba al guardameta Alberto y éste chocaba con él tras un intento de vaselina que se marchaba fuera. Gil Manzano no pitaría nada a pesar de las protestas del público. Eso un disparo lejano de Albiol pasada la media hora que Dani tuvo que mandar a córner fue lo único que se pudo ver de interés en el terreno de juego. Un minuto antes del final del primer período Enrique tuvo que marcharse del terreno de juego por unas molestias siendo sustituido por Ramis.

En la reanudación el Cádiz fue el único que quiso poner algo de sabor al juego. Sorprendentemente el Real Murcia, a pesar de estar en penúltima posición de la tabla y por debajo del Cádiz, no tenía reparos a perder tiempo en cada ocasión que podía. López Silva lo intentaba por la banda izquierda, en la que su lateral De Coz estaba amonestado desde el minuto 21. Un pase suyo no fue interceptado ni por Ogbeche ni por Ramis en una buena ocasión. El onubense volvía a intentarlo, esta vez por la derecha, tras un buen pase de Cristian a la espalda de la defensa pero se precipitó cuando podía haber continuado con el esférico un poco más allá y probó con una vaselina que se marchó fuera.

Tristán, más activo en la primera mitad que en la segunda, fue sustituido por Toedtli. El argentino no llegó por centímetros en la siguiente jugada tras un tiro desviado de Ramis. El Cádiz apretaba los dientes y buscaba por banda izquierda quemar los últimos cartuchos.

Albiol vio su segunda amarilla por un codazo a Jaume Costa y se marchó a vestuarios. Quedaban nueve minutos más el descuento y había que morir en el campo. El Murcia ya no quería el balón y se pertrechó atrás para amarrar un empate que ya querían para si desde el pitido inicial.

Con un jugador menos gozó incluso de una buena ocasión de Capdevilla que tuvo que salvó Dani.

Y, cuando transcurrían tres de los cuatro minutos de descuento, llegaría la jugada del partido. Un córner es rematado por Andrés Fleurquin para marcar su primer gol de la temporada y dejar los tres puntos en Carranza. Hoy sí se hizo justicia y el estadio gaditano explotó de júbilo con sus jugadores mientras los pimentoneros se tiraban al suelo al no poder conseguir el empate que habían venido a buscar de manera descarada.