Todos los que asistieron al Ramón de Carranza este domingo pudieron ver a un equipo derrotado anímicamente. Pablo espera que eso no vuelva a suceder y que consigan reponerse ante futuras situaciones adversas. “Supimos reponernos al primer gol pero el segundo nos mató moralmente. Con la expulsión intentamos jugar pero volvieron a marcar y bajamos los brazos. Eso no puede volver a ocurrir. Sea cual sea el marcador tenemos que seguir peleando y no permitir que nos goleen en casa”.
Cree que aún se está a tiempo de cambiar y eso pasa por el trabajo. “Parecía que habíamos superados los problemas defensivos. En Cáceres mantuvimos la concentración durante 85 minutos y nos metieron dos al final. En los primeros minutos cometimos otro ante el Arroyo y nos metimos en una senda que parece parecíamos haber superado. Tenemos que ser humildes y no nos queda otra que trabajar. Lo bueno es que estamos en la jornada 11, que no se trata que no se pueda conseguir. Vamos a intentar darle la vuelta a esto hasta el final”.
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