Más allá del encuentro ante los manchegos no quiere mirar. Aunque reconoce que las matemáticas aún dan opciones para estar entre los cuatro primeros, le parece demasiado osado hablar ahora de eso. “Las posibilidades reales son las matemáticas. Y las otras son de partido a partido. Si no, esto es una montaña rusa. Es evidente que si ganamos todos los partidos acabaremos arriba, pero como dije cuando llegué no hay margen de error. Tenemos que pensar cómo estamos ahora y ganar al Albacete”.
Espera a un Albacete que venga a por los tres puntos y con algunos cambios con respecto a la etapa del técnico anterior. Y es que cree que Sampedro no va revolucionar su juego y once titular en tan solo dos jornadas. “Cada partido de aquí al final será muy duro. El Albacete cambió de entrenador porque no estaban contentos. Eso quiere decir que están peleando por el playoff. Es un equipo con historial suficiente para respetarle sin más como a cualquier otro rival. Pero creo que intentará venir a ganar. No soy adivino pero intuyo que será un partido duro. Cuando se cambia a un entrenador, en dos semanas solo puedes meter dos pinceladas. No puedes hacer más. Estoy seguro que tirarán de las ideas de antes con los matices que Sampedro pueda incluir, cambiando algún jugador de posición. A partir de ahí, volverte loco en tan poco tiempo no tiene sentido y estoy seguro que Luis César, que es un entrenador experimentado, no lo hará. Pero pondrá su puntillita, eso es evidente”.
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