Al finalizar el partido en Jaén, Raúl Agné decía en rueda de prensa que “si la suerte existe, al Cádiz no le está acompañando”. Una frase referida a los disparos que los cadistas llevan mandados al palo en las últimas jornadas y que, de haber entrado, habría significado en muchos de esos casos tener algún punto más en la clasificación.
 
Ayer en La Victoria fue Alex Granell el que mandaba el balón al larguero en un lanzamiento de falta en el descuento y con 2-1 en el marcador. No es el primero que el catalán manda a la madera ya que no hay que irse más lejos que a la pasada jornada cuando ante el Lucena y con 0-0 y también en el tiempo de alargue un duro disparo suyo desde más allá del área se topaba con la madera tras tocar con la punta de los dedos el meta Limones.
 
Jorge Luque también veía cómo el palo deshacía un gol suyo en Melilla en la jornada 34, aunque en esta ocasión ya los amarillos ganaban por 0-2 y no trajo consecuencias negativas.
 
Quizás el partido en el que la suerte le fue más esquiva al conjunto cadista fue el jugado en Carranza ante el Écija cuando, con 0-1 en el marcador, primero Domingo tras un duro chut desde la frontal, luego Fall casi en el área pequeña y finalmente Peragón de cabeza veían el esférico repelido del arco cuando ya se cantaban los goles.