Garrid tras una acción fallida / Trekant Media

 

Mucho, demasiado quizás, le costó al Cádiz CF rascar un punto en la Costa del Sol este domingo en un partido en el que para colmo se le ponía cuesta arriba a la media hora. Los de Antonio Calderón tardaron mucho en hacer lo que debían y eso no se vio hasta la recta final del encuentro.

En un campo tan impracticable como el del Marbella FC intentar sacar el balón jugado desde atrás o simplemente tirar una pared era una tarea materialmente imposible. Y eso le ocurrió en demasiadas ocasiones a los amarillos durante todo el partido. Además tampoco se estuvo fino en el juego aéreo y en las segundas jugadas, así como en las acciones a balón parado. El resultado no era otro que, acabados el tiempo reglamentario, el Cádiz no sabía lo que era tirar entre los tres palos.

Quién sabe si porque en los minutos finales tiró más el corazón que la cabeza, la decoración cambió. Lo cierto es que se optó por el camino fácil. Balón a la banda y colgar balones al área. Y así llegó el empate. Una transición rápida al costado derecho y Kike López sin agotar el espacio hasta línea de fondo mete un centro desde la altura del pico del área. Garrido, que ya por entonces casi era un delantero más, esta vez sí la gana por arriba y la deja a Airam para que este haga lo mejor que sabe: tirar a puerta. Un disparo, un gol. Al más puro estilo de francotirador futbolístico.

La mayoría de las veces el camino más corto entre dos puntos es la línea recta. Y el Cádiz siguió esa senda cuando ya se le acababa el oxígeno logrando un empate valioso en un campo pésimo. Debe servir para aprender porque casos como éste van a darse demasiado frecuentemente durante la temporada. 

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