El Cádiz CF está ultimando detalles de cara al inicio de la competición de LaLiga SmartBank de Segunda División este fin de semana, con una sesión de entrenamientos que ha tenido una primera parte de vídeo para analizar a la SD Ponferradina y posteriormente una sesión sobre el césped del campo de fútbol Ramón Blanco de la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz.
Entre los jugadores que han participado de esta sesión está Buba Barry, que tiene licencia con el equipo juvenil.
La historia de Buba Barry es muy curiosa, ya que con 16 años emprendió la aventura de cruzar el Estrecho en Patera, llegando a Algeciras. Una aventura que comenzó en Bamako, capital de Mali, llegando a Nador, desde donde partió en la embarcación donde jugó su vida y donde depositó todas las esperanzas de su sueño europeo.
Buba es natural de Guinea Conakri y es un apasionado del fútbol, tal y como ha demostrado en los partidillos de fútbol sala jugados en las pistas de la Asociación Cardijn, donde fue atendido en su llegada a Cádiz y donde comenzó a dejar ver las genialidades que es capaz de hacer con el balón.
El joven africano formó parte de las jornadas de puertas abiertas que organizó el Cádiz CF Virgili la pasada temporada. El por aquel entonces técnico de la sección cadista de fútbol sala, Miguel Gago, supo de Buba Barry por los informes de su segundo entrenador, Miguel Amador, y comprobó in situ sus cualidades. Pero la situación burocrática de Buba hacía imposible su fichaje por el equipo de fútbol sala de la ciudad y posteriormente hizo sus pruebas con el Cádiz CF, que no dudó en ningún momento en su incorporación y en poner en marcha toda su maquinaria para lograr una licencia federativa para el futbolista.
Ahora, un año después, a Buba Barry se le presenta la oportunidad que tanto deseaba: tener el primer equipo del Cádiz CF como escaparate y mostrarle sus diabluras a Álvaro Cervera, que ya ha tomado buena nota de las cualidades del guineano.