Comparecía en rueda de prensa este miércoles Augusto Fernández y en ella explicaba todo lo que había pasado en el presente campeonato y la situación en la que actualmente se encuentra. “Me encuentro bien. Hace ya un mes y medio que entreno a la par del equipo sin complicaciones. Cada vez a mejor ritmo y con muy buenas sensaciones. Estoy preparado y a disposición del míster. No está siendo una temporada fácil para mí. Ya arrancó mal en la pretemporada, la cual estaba esperando mucho. Primero con el coronavirus y el parón de diez días, después por la enfermedad de mi padre que me hizo ir a Argentina y luego llegó un invierno complicado. Pero, como todo en la vida, esto se trata de seguir adelante y eso es lo que hice. Ayudé al club, al cuerpo técnico y a mis compañeros”.

Siempre se ha sentido arropado por el club, el entrenador y sus compañeros. El propio Álvaro Cervera ha dado buen ejemplo de ellos con palabras positivas hacia el argentino. “En todo momento me he sentido apoyado por el club, por el míster, por el cuerpo técnico y por mis compañeros. Han estado muy pendientes de mí y eso ha sido muy importante. En algún momento emocionalmente, aunque no lo demuestro, no estaba bien. Todo ello producto de las molestias que arrastraba y porque uno es también ser humano y en ese aspecto fue un año difícil para mí por esa situación familiar con mi padre, que terminó desgraciadamente con su fallecimiento. Se me ha hecho muy complicado y cuando uno se guarda las cosas y no las muestra porque quieres transmitir buena energía, positivismo en el equipo, pues acaba estallando. He tenido en ese momento que lo he necesitado, el apoyo de mi gente, y estoy super agradecido y esforzándome por ser una solución y no una carga”.

Expresó gratitud hacia todos aquellos que le dieron su apoyo en esos momentos complicados. “El club en este caso entiende que somos seres humanos y me siento orgulloso y solo siento gratitud para ellos: al presidente, al cuerpo técnico, a mis compañeros. El día que abrí mi coraza y supe expresar cómo estaba internamente, estuvieron conmigo y para mí eso es un triunfo. A lo largo de mi carrera siempre di lo máximo, nunca me guardé nada, pero uno no manda sobre los resultados. Eso es difícil ganártelo en los clubes donde vas porque no siempre estás bien deportivamente. Sí es un triunfo para mí lo que uno se va llevando de los diferentes clubes, y es el respeto como profesional y como persona. Siento que desde ese aspecto, aquí estoy triunfando y eso es recíproco porque ellos tendrán siempre todo mi respeto”.

Reconoce que incluso se planteó dejar el fútbol. “Se me ha pasado por la cabeza. Muscularmente en mi carrera no había sufrido nunca. Me rompí los ligamentos en el Atlético en el mejor momento, pero muscularmente no. Pero me encontré con un invierno en el que no podía estabilizar mi tono muscular. Me sirvió porque a partir de la tranquilidad que me dieron en el club, pude volver bien. Ellos saben que lo doy todo, que estoy a su disposición y que estoy bien”.

Muchos deportivas y personas en general, pueden pasar por circunstancias parecidas. Se le pedía si podía darles algún consejo desde su experiencia. “Dar consejos a mí no me gusta porque entiendo que todos somos diferentes. Soy una persona que me gusta hacerme sentir, tratar de sumar, de ser importante y pensar en el plural más que en el singular. Pensar en el equipo. Y eso quizás en esas situaciones personales no las quiere compartir. Recuerdo que mi padre murió un martes por la noche y el domingo por la mañana vine a entrenar tratando de esconder todo ese dolor que tenía. Sabes que tienes que soltarlo pero a veces piensas que uno se siente débil por hacerlo. Quise mostrarme entero para no contagiar esa debilidad al equipo. Seguramente ese pensamiento era erróneo, así que si tengo que aconsejar le diría a la gente que trate de soltar que eso no te hace débil como yo creía sino que muchas veces uno lo necesita para ser más fuerte”.