En 40 puntos está estimada cada temporada la cifra con la que se consigue, de media, la permanencia en Primera División. Un número por el que los equipos con este objetivo luchan jornada a jornada a sabiendas de que cada uno de ellos tiene un valor incalculable. Una ocasión fallada o un despiste defensivo te puede privar de alguno de ellos de manera irrecuperable. Con eso se pelea y con ello tienes que convivir. Con que sea el VAR quien te los arrebate ya es más complicado.

Y al Cádiz de, manera clara, las decisiones arbitrales tomadas desde la sala VAR en los dos últimos partidos en casa le han privado de nada menos que cuatro puntos. Es decir, un diez por ciento de esa permanencia.
En el empate ante la UD Almería el VAR decretó la anulación de un gol por una falta previa de Fali que a todas luces se produce porque el jugador cadista había sido previamente agarrado. Una acción clara a la que fue dada la vuelta en el VAR para acabar castigando duramente a los amarillos.

Ayer ocurría también con Iglesias Villanueva y a Díaz de Mera, quienes frente a diez monitores de TV y un operador de vídeo a su disposición no fueron capaces de ver el clarísimo fuera de juego de Ponce en el gol del Elche. Dos errores que incluso podría haberse incrementado con otro de igual gravedad, como el claro penalti sobre Lozano en Mestalla que no tuvo mayor consecuencia porque los de Sergio González lograron la victoria.

Y es que con esos cuatro puntos más en su cuenta particular el Cádiz habitaría en estos momentos nada menos que en la duodécima plaza de la clasificación, a cuatro puntos del descenso y con ocho equipos por debajo.