Con el enfado por el indigno arbitraje sufrido en Vigo aún latente, llega un nuevo compromiso en una competición diferente como es la Copa Del Rey. Un escenario secundario en circunstancias normales pero que, en el contexto actual del conjunto amarillo, puede cobrar vital importancia con respecto a diversos parámetros como el de la moral, la confianza y, sobre todo, pensando en la continuidad que puede tener avanzando ya hacia choque en casa frente a Osasuna del domingo.

Con la actuación de Gil Manzano y Del Cerro Grande todavía muy presente en la memoria, el cadismo se encuentra unido en el apoyo a su equipo y así está dispuesto a demostrarlo frente a los rojillos en casa. Pero para que ese empuje no solo se mantenga sino también siga alimentándose, se antoja fundamental seguir adelante en la competición del KO, cobrando por ello el partido frente a la Arandina de este jueves un interés añadido. En el recuerdo está todavía la mala imagen y el sufrimiento de la anterior ronda ante el Badalona Futur, en el que tan solo la tanda de penaltis logró salvar el honor de los cadistas después de ver cómo los suyos eran incapaces de doblegar a un rival que incluso en algunos momentos mereció vencer.

Será de nuevo una oportunidad para los que menos minutos tienen o para aquellos que necesitan rodaje tras superar problemas físicos recientes. Aun así, más allá de las ausencias que Sergio González pueda tener, el Cádiz debe hacer lo posible para vencer este jueves en tierras burgalesas y de esa manera dar un primer paso para cargar esa mochila de empuje tan necesaria con la que acabar el 2023 de la mejor manera posible.