La RFEF continúa adelante con su investigación, pero sin poder contar con las escuchas inculpatorias que sancionarían al equipo alicantino.

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Varias son las pruebas evidentes y reconocidas que involucrarían al máximo accionista del Hércules, Enrique Ortiz Selfa, a dos jugadores de la plantilla del equipo alicantino, Tote y Abraham Paz, y al portero gaditano del Córdoba, Raúl Navas, en una compra -por ahora presunta- de un partido de fútbol de la pasada temporada.

El delito que podría imputarse al Hércules, con la normativa en la mano, vendría dado por la conducta a la predeterminación de resultados, algo recogido en el propio código disciplinario de la RFEF en su artículo 75, pero harían falta que la autorización de las escuchas para valorar la sanción a imponer al equipo infractor.

Para la tarde de hoy, también estaba prevista una reunión de la Comisión de la Liga de Fútbol Profesional con un claro punto en el día, que no era otro que el de las escuchas del "Caso Brugal" que han salpicado al Hércules. Tras la reunión y según publica El País, se ha votado no abrir expediente al Hércules por la presunta trama de corrupción.

Esto, unido a las dificultades que tendrá la Real Federación Española de Fútbol para investigar el caso a falta de pruebas, deja en una situación de soledad ante el caso al Consejo Superior de Deportes, quien pretende aclarar el asunto e irá al final lo antes posible.

El máximo organismo deportivo de España, encuadrado en la Presidencia del Gobierno, piensa ir más allá y tras el no del Juez y de la Audiencia Provincial de Alicante para remitir las escuchas, podría presentar un recurso de carácter urgente ante la Audiencia Nacional, tal y como publicó días atrás El País "Queremos llegar al final de este asunto lo más pronto posible, antes del inicio de la Liga (el 28 de agosto)", explicaron desde el CSD.

En una ocasión más parece que las irregularidades en el fútbol se anteponen a la justicia. Y en un país cuya selección se ha proclamado Campeona del Mundo de Fútbol y que pretende organizar un Mundial en un futuro, parece que hay vía libre para que la corrupción se adueñe de los espectáculos deportivos. Justicia y LFP se lavan las manos para mirar hacia otro lado.