Aprovechando la presencia de Jorge Cordero en la presentación de Pepe Mejías, se le preguntaba por el episodio de la marcha de Alejandro Galindo y su posterior fichaje por el Sevilla FC. El director deportivo explicó que “se le ofreció irse a un Segunda B cedido. No quiso. Se le ofreció jugar con el Cádiz B. No quiso. El jugador me pidió la carta de libertad. Yo tenía dos opciones, o le daba la carta de libertad hoy y portarme mal, o dársela el viernes y actuar con ética. No hay más historias. Simplemente le dimos la carta de libertad porque creímos que iba a pasarse un año sin jugar y no era bueno que un jugador de 18 años pasase un año entero sin jugar un partido. Le pregunté al agente que si tenía un equipo para él y me decía que no. Encontró equipo a las tres horas de conseguir la carta de libertad. Entonces, con eso lo digo todo”.

Ha insistido que el Cádiz ha actuado de la mejor fe con el futbolista y con su representante. “Si el club hace todo lo posible y más para que el jugador se quede y el jugador no quiere… No hay historias raras. La carta de libertad se la podía haber dado hoy y se la di el viernes a las diez de la mañana. Durante el mes que he estado con su agente, no tenía equipo. Si me dice que tiene uno, hablamos con ese equipo, llegamos a un acuerdo para cederlo como se ha hecho con Diego, Jose Mari, de Sana… Pero no había ninguno. Que si quería estudiar… y a las tres horas tiene equipo. Cada uno tendrá que pensar cómo hace las cosas. Al mediodía firma con el Sevilla y el Sevilla habla con Manolo Vizcaíno porque no quieren ir por detrás. El Cádiz se guarda los derechos de formación. No hay caso Galindo. Podíamos haber actuado de otra forma y no se lo hemos hecho”.

El club quería buscar a Galindo un equipo en el que pudiera jugar, ya que ni Antonio Calderón ni Claudio Barragán estaban contando con él. “Él entrena todos los días en el primer equipo. Esos días los ha tenido para demostrarle primero a Antonio Calderón y luego a Claudio que pueden jugar en el primer equipo. Los entrenadores son los que deciden los que tienen que poner. El club debe buscar una solución para encontrarle minutos si los entrenadores no lo ponen. Si no, sería un lujo para mí tener a un jugador con 18 años que no juega. El club ha actuado con muchísima ética con este jugador”.