Hoy comparecía el que hasta este domingo ha sido director deportivo del Cádiz CF, Juan Carlos Cordero. Lo hacía en la sala de prensa del Ramón de Carranza para despedirse y para expresar su opinión sobre la decisión de que el club prescinda de sus servicios poniendo fin a su contrato.. “He querido hacer la despedida después de dos días de la destitución y como veréis, sin jugadores, sin entrenador, sin cuerpo técnico y con el deseo de generar el menos ruido posible. Quiero que sea una despedida pacífica y señorial, igual que cuando a terricé aquí, e irme de la misma forma. Me gustaría que el ruido de mi cese fuese por mi trabajo, por mi profesionalidad y el que hacer con el Cádiz. Me siento afortunado y contento de que no me he doblegado a los egos de los dueños y me he mantenido fiel a mis conocimientos futbolísticos, a mi plantilla, al entrenador y a la afición". Añadía que se marchaba "triste y dolido porque creo que es un cese injusto, desproporcionado y sucio",
A continuación el cartagenero continuaba haciendo un repaso a lo que había sido su estancia en el Cádiz durante estas últimas temporadas"Me gustaría comentar que he podido trabajar con libertad absoluta y así me voy. He dado equilibrio tanto al primer equipo como la cantera, he consolidado al primer equipo en Segunda División A, le he dado valor a la cantera con la subida de Manu Vallejo con un contrato de 4 años y una cláusula de 8 millones de euros. La dirección deportiva que yo he comandado ha salvado al club de problemas económicos grandes, primero con la venta de Aridane y luego este verano con las ventas de Lucas Bijker y la venta histórica en el club y la categoría de Álvaro García. Admito haber cometido errores, lo admito, pido disculpas y perdón. La balanza creo que es positiva, o así me lo parece a mí. Dejo para gastarme en control financiero más de millón y medio para poder fichar. Dejo un club impecable a nivel deportivo, más del 90 % en propiedad del club, activos que tienen un valor en el mercado que pueden alcanzar entre 8 y 10 millones de euros. Hay jugadores de los que se espera mucho y se pagaron por ellos como Brian y Romera”.
También quiso dar las gracias “a a jugadores y cuerpo técnico por la entereza y madurez que han tenido en este mercado de fichajes. De otra forma, cualquier vestuario habría reaccionado de otra manera, hubo momentos insostenibles”. Una guerra que, en su opinión, le ha costado el puesto. “Me despido diciendo, como ha dicho el presidente, que soy víctima de una guerra, que soy buen director deportivo, que soy un buen tío y que por circunstancias me marcho. La guerra nunca ha acabado. Pido paz institucional entre los dueños de este club, no por mí sino por el Cádiz. He estado dos años aguantando una guerra infernal. No ha afectado al vestuario, no han salido declaraciones de dentro de nadie, se ha mantenido con entereza. En beneficio de Pina y Vizcaíno sí puedo decir que han respetado el vestuario y la parcela deportiva”.
Agradecía también todas las muestras de cariño que ha recibido estos días. “Quiero agradecer a la afición el cariño que me ha dado, el trato, a las llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp de gente de la cantera, de jugadores, de todo el mundo que valora mi trabajo. Si alguna vez me he podido equivocar pido perdón, siempre he tratado de corregirlo en el siguiente mercado para estar a la altura de las circunstancias”.
Explicaba su incredulidad en el momento de conocer la decisión de que no iba a continuar. “El jueves por la noche en Palma, antes del partido, me dio un paseo de hora y media por allí y después me invitó a cenar. Durmiendo con tu enemigo. Entiendo este negocio, entiendo el fútbol, entiendo los ceses, no me voy a quejar de eso, como yo tengo que hablar con jugadores que se tienen que ir, pero yo no podía creérmelo. El 30 de junio me mandó el mismo contrato con las mismas cantidades y los mismos bonus que el contrato que me firmó el Cádiz CF, que no Quique Pina. Nada más que me cambiaba el 5% de plusvalía de los traspasos para que entraran las compras y las ventas… y que la solución sea que yo tenga que coger el coche, ir a Cádiz, aparcar en zona franca y volverme para una rueda de prensa de 15 minutos”.