Quique Pina, sus padres y su hermana han llegado a un acuerdo con la Fiscalía y la Abogacía del Estado para pactar una condena de nueve meses de prisión (evitando de todas formas su entrada en prisión) y una pequeña multa, tra admitir que impulsaron “diversas maniobras de vaciamiento patrimonial” para eludir su millonaria deuda con Hacienda, creando todo un entramado de “testaferros” y empresas “instrumentales”, según la sentencia de la que informa este 6 de enero El País.
El fallo, según dicha información “desgrana la trama de pufos urdida durante años por el exdirectivo y sus familiares para evitar pagar los 3,2 millones de euros que debían abonar a Hacienda como responsables tributarios del C. F. Ciudad de Murcia”.
Esta resolución, sigue informado El País, describe cómo Quique Pina usó dos “sociedades interpuestas carentes de actividad real” (Quique Sport S. L. y Calambur Intermediaciones S. L.), que él controlaba pero en las que figuraba su hermana Elena como administradora única, para el desvió de los ingresos generados por su actividad “como gestor de clubes de fútbol profesional o como intermediario, asesor, representante y agente de jugadores”. Unas compañías a las que adscribió viviendas, coches y la embarcación; y a las que recurría para disponer de “grandes cantidades de dinero en efectivo” y “satisfacer sus gastos personales, como los corrientes de su vivienda habitual”.