El Barça firmó el curso pasado una temporada altamente decepcionante. Sumó un año en blanco en sus vitrinas y sufrió una de las derrotas más duras de su historia, el 2-8 ante el Bayern de Múnich en Champions. Esta situación ha provocado que el club inicie una revolución interna con la finalidad de rejuvenecer el equipo, intentando liberar masa salarial e incorporando a jóvenes con ambición y perspectiva de futuro. De momento, ya han abandonado la entidad azulgrana Rakitic, Semedo, Arturo Vidal, Luis Suárez y Arthur, piezas clave estos últimos años.
El Barça espera incorporar nuevos jugadores estas últimas semanas de mercado. Una de las bazas que tenía el equipo culé era la presencia de Messi en el equipo. Un aliciente que invitaba a muchos futbolistas a sumarse a las filas blaugrana. Con el serial de este verano, el futuro del astro argentino es incierto, y la directiva blaugrana tendrá que sondear a los jugadores con otras propuestas. La propia ciudad, per se, ya dispone de muchos espacios interesantes por descubrir, su clima, su gastronomía y la pasión inherente que vive Barcelona por el fútbol y otros eventos deportivos pueden justificar también un cambio de aires.
De momento, el Barça ya ha incorporado algunos hombres como es el caso de Trincao, Pjanic, Pedri o Coutinho, que volvía de una cesión. También se le ha otorgado dorsal del primer equipo a Ansu Fati, un joven futbolista del que se espera un gran rendimiento.
Estas últimas semanas han aparecido varios rumores que guardan relación con hipotéticas contrataciones, incorporaciones que pueden sumarse a la disciplina azulgrana de manera inminente. Uno de los nombres que más fuerte está sonando estas últimas horas es el de Sergiño Dest. El lateral del Ajax es un jugador que encajaría perfectamente en la revolución que está personificando la entidad culé. Tiene dos puntos a favor: juventud y potencial. La baja de Semedo obliga al Barça a sumar un lateral derecho en sus filas, ya que solo dispone de Sergi Roberto en esta demarcación del campo y el jugador de Reus tampoco es un especialista, es un centrocampista reconvertido que puede cubrir la zona defensiva.
De momento todo apunta a que el jugador -que ya ha mostrado anteriormente su pasión por los colores blaugrana- ya se ha puesto de acuerdo con el club. Falta acordar el precio del traspaso con el equipo de Ámsterdam, que podría fijarse en unos 25 millones de euros. El Bayern también está interesado en su contratación y este serial debería resolverse en las próximas horas.
El segundo nombre que está sonando con mucha fuerza es el de Memphis Depay, atacante del Olympique de Lyon. El interés azulgrana viene motivado por la insistencia del nuevo técnico, Ronald Koeman. El holandés tiene muy controlada su progresión deportiva y, pese a su juventud -26 años-, ya ha militado en varios clubes de élite como es el caso del Manchester United. Se trata de un jugador polivalente que todavía tiene una historia personal por escribir. Sería un movimiento estratégico que buscaría limitar el impacto de la baja de Suárez -una empresa nada sencilla como es la de suplir al tercer máximo goleador de la historia del Barça.
Si la opción Depay no se materializa por la negativa del Lyon a desprenderse de uno de sus hombres clave, el Barça tiene otra carpeta sobre la mesa: Lautaro Martínez. El delantero del Inter de Milán es del gusto de la dirección deportiva catalana. Se trata de un goleador nato y contundente de cara a portería con unas características mucho más similares a las de Luis Suárez que las que atesora Depay. Sería un recambio de hombre por hombre. Uno de los problemas que afronta la directiva de cara a sumar esta incorporación a sus filas es, nuevamente, las altas pretensiones económicas que exigirá el Inter. Es uno de los delanteros de moda del fútbol europeo y demandarán un precio acorde a esta categorización.
Con la Liga ya iniciada, el Barça intentará apuntalar el equipo en unos días de mercado que se esperan frenéticos. Del acierto de la dirección deportiva dependerá el éxito o el fracaso del Barcelona. Todo ello en un año que se intuye como de transición y que institucionalmente será convulso. Recordemos que las elecciones a la presidencia se celebrarán a principios del año próximo, con el ruido externo que este hecho implica.