A estas alturas de la temporada, lo mejor que puede ocurrir es que el Cádiz sume los suficientes puntos para salvar la categoría cuanto antes, no hay otro remedio.

Resulta enormemente triste que nos tengamos que conformar con esto y al fin y a la postre nos hayamos transformado en un simple equipo más de la 2ª B, de los "del montón".

Invito a una profunda reflexión sobre la actualidad cadista, por encima de presidentes, "de paja" o no, de directores deportivos, de entrenadores, de jugadores...

Aunque suene reiterativo al máximo, los que ahora mismo "nos jugamos el futuro" como equipo representativo de la ciudad de Cádiz somos, en realidad, los aficionados de corazón, socios (e incluso en algunos casos, por causas justificadas, no socios) de los fieles de verdad, de los que siempre nos encontramos ahí, juegue el Cádiz con quien juegue y cómo juegue, de los que nos sentiríamos demasiado extraños en la temporada futbolera sin partido en el Carranza más de dos domingos seguidos, de los que han realizado diversas y múltiples locuras por realizar desplazamientos para estar con el Cádiz, de los que sienten una auténtica pasión por nuestros colores...

De cualquier manera, lo que aconteció días atrás en un entrenamiento del Rosal, cuando "se coló" un seguidor del equipo, socio de muchos años, a protestar por el devenir de este frustrante presente, me parece justo, puesto que hay que dar un toque de atención efectivo y legítimo para evitar un final de pesadilla, tal cual ocurriera en Alicante hace bien poco.

Eso sí, en los dos partidos que restan en nuestro estadio y en alguno más fuera, por ejemplo en Sanlúcar de Barrameda (que nos queda cerquita), no podemos darnos por vencidos y tampoco complicar en demasía las cosas en especial al entrenador principal y a los jugadores, ya que "nos echaríamos tierra encima". Nos gusten o no, son los que salvarían la categoría en definitiva, algo crucial y vital para que el "super" estadio no acabe convirtiéndose en alguna historia que se inventen desde el Ayuntamiento con el fin de darle utilidad si se consuma la desaparición de nuestro centenario club.

Después, ya habrá tiempo de depurar "al milímetro" las responsabilidades no sólo de la temporada que nos ocupa, sino también de las anteriores... Al menos, salvando la categoría, tenemos tiempo de sobra para aprender de una vez de tantísimos errores si el próximo 19 de mayo nos situamos como mínimo en el puesto 15º (¡¡¡y yo era de los pobres ilusos que mantenía la absurda esperanza de jugar aún liguilla de ascenso hasta el domingo 14 de abril!!!).

Debemos recuperar el espíritu cadista de los últimos años de 2ª B previos a los ascensos casi consecutivos a 2ª y a 1ª, sin obviar además un tono crítico en el momento que haga falta, aunque "con cabeza" y suma coherencia.

No quiero desaprovechar la oportunidad de "denunciar" que varios de nosotros no valoremos en ocasiones con idéntico rasero al jugador de fuera o al de nuestra tierra. No es tarea única del entrenador, o de los entrenadores y demás técnicos, potenciar y promocionar a los canteranos, a su vez nosotros colaboramos en cierta medida. No podemos permitir que un jugador de fuera cometa 10 fallos y dejarle pasar 9, y en cambio, cuando se dé la posibilidad a un canterano o a alguien de la tierra, lo cual ya cuesta de por sí, nos comportemos de forma impacientísima y a los 3 fallos "nos pongamos el traje de crucificadores". Así, "matamos" una mijita igualmente a la cantera por nuestra parte.

Bueno, sólo espero y confío en que mis palabras ayuden a meditar y recapacitar con frialdad y templanza a todos en general, incluyendo a la prensa por supuesto, y vayamos juntos de la mano hasta que el destino desee que acabe la temporada 2012/2013 de nuestro Cádiz (si a la fuerza hay que disputar la promoción de descenso, ¡¡a "morir matando"!!). Pero, recordad, el destino también depende de NOSOTROS.

¡ESE CÁDIZ, OÉ!