|
La afición |
|
02.03.2011 |
|
¡Vaya semanita que hemos vivido con el informe de los administradores concursales! No vemos fútbol potable desde hace años pero, gracias al Cádiz de nuestras entretelas, los cadistas estamos adquiriendo unos conocimientos de Derecho Concursal y de Ciencias Económicas y Empresariales que ya va siendo hora de que la Universidad de Cádiz nos lo reconozca en forma de créditos de libre configuración o de formación de post-grado. Ahí queda la propuesta para ese cadista que es David Almorza.
Sin embargo, en esta pasada semana que terminó con la pírrica victoria sobre el Poli Ejido, se produjo otra noticia que pasó mucho más desapercibida pero es todo un símbolo de lo que ha sido y es el Cádiz Club de Fútbol. La directiva del club amarillo acordó que jóvenes y desempleados pudieran adquirir sus entradas con un 50% de descuento. Sin entrar en valoraciones de si para ver a este Cádiz hay que pagar o cobrar, lo cierto es que la iniciativa es sorprendente por desconocida en estos lares. No es extraño escuchar estas decisiones en otros clubes. En el Cádiz sí lo es porque nuestros dirigentes se han llevado años viviendo en el idilio de tener una afición que lo daba todo sin esperar nada a cambio, perdonando desprecios, engaños, ocultismo, errores sin fin... y hasta un descenso dolorosísimo a Segunda B cuando nos vendieron el oro y el moro. Pero la paciencia tiene límites hasta en el cadismo y si se perdonó el primer descenso, el segundo no y más después de comprobar que no existe la menor voluntad de cambio en los que realmente manejan el cotarro.
El cadismo ha comprendido que el Cádiz es un sentimiento pero existen otros, como la compañía de la familia, la pareja y los amigos, las ganas de disfrutar de una escapada de fin de semana, el gusto por una tarde de domingo de siesta y transistor… y todos ellos sí suelen dar satisfacciones, no como este Cádiz de miserias económicas, deportivas y humanas. Está por ver, pues, si, aun con descuentos, los cadistas volverán al estadio pero, por fin, los de chaqueta y corbata se han dado cuenta de que nos necesitan. Algo es algo. Un club puede estar sin entrenador y futbolistas porque, mejores o peores, hay muchos en el mercado. Un club puede estar sin dirigentes porque siempre aparecerá un voluntario. Hasta puede ser que los clubes sobrevivan sin dinero y tenemos ejemplos de sobra en el fútbol modesto. Sin embargo, un club no puede estar sin afición porque un club sin afición es un corazón sin alma. Algunos se llenaban la boca diciendo que el mejor patrimonio del Cádiz era su afición pero no hicieron nada por conservarla. Ahora, después de años y años, se han dado cuenta de que aquello que decían de forma tan repetitiva como hueca de contenido era una verdad como un templo. La dicha es buena, ¿será demasiado tarde?
Antonio del Hoyo