Una liga para la esperanza

23.08.2011

Comienza una nueva temporada y renace la esperanza por salir de una vez de la dichosa Segunda B. Quién nos lo iba a decir hace sólo un par de meses cuando los nubarrones más negros se cernían sobre el Cádiz tras el desastre de Miranda de Ebro. El desembarco de Quique Pina ha permitido la llegada masiva de futbolistas pero, sobre todo, ha conseguido hacer la tan necesaria limpieza en el vestuario amarillo, lastrado por los malos vicios adquiridos por la dejadez institucional de los últimos años. Malos vicios que provocaron el mayor cisma entre futbolistas y afición que uno recuerda. Ni siquiera el ascenso a Segunda de hace tres temporadas consiguió ocultar la más que evidente falta de sintonía entre jugadores y cadistas tras el descenso de Alicante.
 
Esperemos que todo esto sea, por fin, historia. Quique Pina ha abierto las puertas y ventanas del vestuario, ha limpiado los rincones, ha encalado las paredes y ha traído nuevos inquilinos. Ahora es la otra parte la que tiene que poner su granito de arena para que, como dice la copla, vuelva la esperanza a cada rincón y cada escalón de mi Carranza. Los quince fichajes no tienen la culpa de los despropósitos del pasado y van a necesitar todo el apoyo de la afición desde el primer día y especialmente en los malos momentos, que llegarán, nadie lo dude. Eso incluye a quien les manda, a Jose González, cuya presencia en el banquillo gustará más o menos pero es el entrenador del Cádiz y necesita el mismo ánimo e idéntica comprensión que los jugadores. Se le puede acusar de mil errores pero hoy por hoy su cadismo está fuera de sospecha y seguro que se dejará el alma por volver a sacarnos de la miseria en la que nos metieron otros. Su éxito es el nuestro.

Foto: portalcadista.com

No pido imposibles, como tener doce mil abonados en Segunda B. Sólo propongo que recuperemos el espíritu del año 2003, esa temporada en la que, de la mano de Jose, salimos del túnel de la Segunda B tras nueve años de penurias. Entonces se cometieron errores, se falló en ciertos fichajes, se perdieron partidos, se pasaron malas rachas, se acabó cuarto en la liga regular... pero desde la primera jornada se notaba un ambiente especial, de ilusión y esperanza, y al final se ascendió. Y es que la ilusión puede con todo. En esta liga debe suceder lo mismo y los cadistas tenemos mucho que decir en el objetivo de recuperar la dignidad perdida. Si lo conseguimos, Quique Pina culminará en los despachos la limpieza que inició en los vestuarios.

Antonio del Hoyo