Desde el aire

01.09.2011

Escribo estas letras desde el vuelo de Ryanair nº 7.179 que me lleva de Venecia a Sevilla después de pasar unas inolvidables vacaciones en Italia. A mi alrededor, personas dormidas. No es mi caso, no tengo tanta facilidad. Por eso me he propuesto aprovechar las casi tres horas de vuelo para retomar mis columnas. No es fácil. De qué voy a hablar si no he visto casi nada de los dos partidos que ha disputado el Cádiz. Sólo el resumen de Jaén que vi gracias a Internet en la habitación del hotel de una pequeña y sorprendente ciudad del sur de Italia llamada Matera, donde Mel Gibson rodara su “Pasión de Cristo”. Un destino más que recomendable.

No voy a contar mis vacaciones pero es que no sé cómo empezar. Miro hacia adelante y sólo veo asientos amarillos y azules. Ryanair debe ser la compañía aérea más cadista y su multimillonario dueño un buen candidato a comprar el Cádiz si nos falla lo de Pina pero tampoco quiero hablar de aviones ni del señor Ryan. Aprovechando mi paseo por la imperial Roma, podría comentar algo de las más de ocho mil almas inasequibles al desaliento que poblaron las tres gradas del coliseo gaditano. La enésima prueba de fidelidad de esta afición cadista que algunos llaman buena y otros tonta. O de la actuación de nuestros gladiadores, que alternaron momentos brillantes con otros de sufrimiento ante los peligrosos leones de Jaén y Ceuta. O de ese Nerón vestido de negro que se empeñaba en bajar el pulgar para condenarnos a la derrota en La Victoria pero que finalmente tuvo que ceder ante la resistencia numantina del Espartano que tenemos en la portería. En el siglo XXI y todavía dependiendo de los caprichos y manías de unos señores que, por supuesto, no responderán de sus decisiones ante nadie.

Foto: portalcadista.com

“¿Desea algo, señor?”. “Sí, que no nos vuelva a pitar ese árbitro”, respondo automáticamente. Entonces observo que quien me pregunta es la azafata que lleva el carrito de las bebidas. Le pido disculpas ante su mirada sorprendida. Se me ha ido la cabeza. Mejor lo dejo. Para qué voy a seguir si mi liga empieza el próximo domingo. Al menos, lo poco que he visto y he leído me hace ser moderadamente optimista con este equipo que tenemos y que algunos osados califican de equipazo. Mejor tener cuidado con las confianzas y no lanzar las campanas al vuelo que después los batacazos son mayúsculos. Partido a partido y minuto a minuto. Piano, piano, como diría un italiano. Será que desde el aire las cosas se ven con otra perspectiva.

Antonio del Hoyo