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La Crónica Daltónica (desde otro color):
Cádiz 3 - Cacereño 1 |
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26.09.2011 |
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“La única verdad es la realidad”. Aristóteles.
Rendía visita al Nuevo a plazos Estadio Ramón de Carranza que por mucho que se aligeren tampoco estará para el Doce con el Ayuntamiento de Cádiz sin… noticias del cuadro Los Mojosos, de los Costus, para vergüenza y oprobio de los gaditanos, el Club Polideportivo Cacereño.
Antes del comienzo del partido no se celebró ningún acto del Centenario, cosa que agradeció la afición con un suspiro de alivio.
La representación del Cádiz de nuevo corrió a cargo de Sánchez Grimaldi ya que el presidente Juan José Pina ha sido declarado prófugo por la Federación Gaditana de Fútbol Molesto, que anda como su propio nombre indica tras la incomparecencia de algunos equipos de las secciones inferiores del Cádiz, por lo que no podrá volver a presidir hasta que sea rehabilitado, como las casas viejas del casco antiguo.
En el primer tiempo el juego del Cádiz parecía como las obras del Carranza, lento en la construcción, con los dos equipos ocupando el centro del campo y con un trabajo muy físico y poco químico.
Así las cosas, podemos decir que la primera parte no fue bonita de ver. Para que se hagan una idea, si me dan a elegir entre la primera parte del Cádiz-Cacereño o ver el séptimo sello, de Bergman, lloraría amargamente maldiciendo mi estampa.
Por destacar, un tiro lejano de Toti que no puede tener la consideración ni de goluy.
En la segunda parte el Cádiz salió con cinco minutos de retraso, lo que aprovechó el Cacereño para adelantarse en el marcador en el minuto uno con un golazo de Santi Amaro que batió por la escuadra a Aulestia, que no pudo hacer nada por remediarlo. Bueno, podría haberle tirado una bota a alguno de sus defensas para que espabilara, pero o el hombre no lo consideró oportuno o el nudo estaba muy fuerte.
Los 7.302 espectadores enmudecieron con el gol del Cacereño aunque, a decir verdad, uno de ellos ya venía así de su casa.
Con el gol en contra el Cádiz lejos de amilanarse se abarcelonea y comienza a tocar, a jugar por las bandas, a enlazar gin-tonics y vodka con naranja, o sea, buenas combinaciones, en el centro del campo y acercarse con peligro a la meta de René.
En una de esas, Juanjo abre a la banda derecha, Ferreiro controla, se interna, dribla a un defensa y lanza un disparo con la zurda que pega en la espalda de un contrario y el balón besa las mallas de la portería de René igualando la contienda.
La rápida igualada desarma al equipo extremeño que solo cinco minutos después ve como Caballero roba un balón (para los niños que lean esto decirles que aunque robar está muy feo, en el fútbol y en política se puede hacer sin que te pase nada) pasa a Juanjo a banda derecha, este ve la entrada de Toti al área y le hace el pase del Vaporcito, o sea, en profundidad, para que el técnico futbolista salmantino cruce de fuerte derechazo batiendo de cachita al meta del polideportivo cacereño.
Con el dos a uno el Cacereño se volcó en pos del empate aunque el derroche físico del primer tiempo le pasó factura. Jose González, que cumplía 150 partidos como entrenador cadista y no fue capaz ni de convidar a café y tarta a los asistentes, intentó mover el banquillo pero no pudo porque estaba sentado Alfonso Cortijo. Aun así, sacó a Ikechi, Juanse y Akinsola para montar unas contras muy peligrosas.
Con el tiempo cumplido, Ikechi se interna por banda izquierda, pasa al centro a Yuste, que cuajó un sensacional partido, este ve desmarcado a Akinsola por la derecha, pisa el área y bate casi sin ángulo por tercera vez a René. El pichichi nigeriano está respondiendo con goles al cariño que le profesa la afición.
Total, que tercera victoria consecutiva, lograda con mucho trabajo, seriedad, esfuerzo y remontada incluida, que ponen al Cádiz a tres puntos de liderar la clasificación. Jornada a jornada, con paso firme, el equipo se conjunta para lograr el objetivo final.
A ver si es verdad, que diría Aristóteles. A por el Lucena.
Abrazos cadistas.
José Manuel Ramos «Pichili»