Opinión: Otra vez no, por favor

Otra vez no, por favor
  06.10.2011 Comparte

 

 

No, por favor, otra vez no. Díganme que los jugadores son malos, que Pina nos ha vendido un bufo en forma de proyecto. Díganme que el entrenador se equivoca todos los partidos y que la plantilla no entiende sus conceptos futbolísticos. Díganme que tienen demasiada presión, que no están cobrando a fin de mes o que es demasiado pronto para esperar que el Cádiz sea una máquina. Díganme lo que sea pero, por favor, no empecemos ya con las dudas sobre la profesionalidad de los jugadores. Todos los años es la misma historia. De las cinco últimas temporadas en cuatro de ellas se ha dudado del compromiso de los profesionales que llevan la camiseta amarilla y el escudo del triángulo. Y lo peor de todo es que las dudas eran fundadas y se alimentaban no sólo con los resultados del equipo sino también con ciertos comportamientos de escasa profesionalidad que trascendían a los medios de comunicación. ¿Qué hemos hecho los cadistas para merecer esto?

Uno, en su ingenuidad, estaba convencido de que este año nos íbamos a librar de esa lacra de futbolistas pseudo-profesionales que no corren, que no meten la pierna, que están pensando en las musarañas mientras se pasean por el césped, que fuera del terreno de juego no llevan una vida adecuada a la práctica del deporte profesional. A este Cádiz de Quique Pina, pensaba un servidor, ha venido una legión de jugadores jóvenes con un futuro prometedor y con las puertas de un equipo de Primera División abiertas de par en par. Seguro que esta vez no habrá problemas de actitud en la plantilla porque, además, Pina no los consentiría.

Entonces llegó el partido de Lucena y se me desmoronó el mito. Vi cómo determinados “profesionales” se arrastraban por el césped mitad plástico mitad caucho mientras que otros estaban porque se les veía pero en realidad no estaban. Vi cómo un equipo de mileuristas pasaba por encima de tíos como trinquetes que más bien parecían niñitos sin personalidad. Vi un sucedáneo de equipo en el que algunos sacaron la bandera blanca con el primer gol en contra. Y, por si tenía dudas, leí las declaraciones posteriores de los propios futbolistas reconociendo que si no corren y pelean no irán a ninguna parte. Qué triste y qué inmoral me parece que un deportista profesional reconozca abiertamente que no ha luchado lo suficiente para conseguir la victoria. Salvando las distancias, es como si un médico admite que no hizo todo lo que pudo para salvar una vida humana. Pocas cosas pueden ser más indignas de un profesional.

No, voy a pensar que todo fue un mal día, que la primera derrota tenía que llegar y que tocó el domingo. Voy a intentar convencerme de que, con sus virtudes y defectos, esta temporada tenemos un equipo de jóvenes profesionales con mucho talento que intentarán abrirse camino en el fútbol de élite sacando de la miseria deportiva a un club de la historia y la enjundia del Cádiz. Voy a pensar que el patético comportamiento de determinados futbolistas en Lucena nunca ocurrió y que el sábado que viene el Écija pagará los platos rotos de un día tonto. Voy a convencerme de que el proyecto Pina no ha perdido un ápice de solidez y que las ilusiones que tengo puestas en él no se me van a desmoronar en una tarde nefasta en el corazón de Andalucía.

 

Antonio del Hoyo

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