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Como decíamos hace unas horas, extrañaba la no inclusión de Manolo Botubot en el organigrama del fútbol base amarillo tras haberse hecho cargo de un equipo alevín, que él mismo tuvo que crear, para participar en el más prestigioso campeonato interclubes de esta categoría y en el que consiguieron de manera honrosa llegar a octavos de final, cayendo ante el que sería campeón del torneo.
Dicen que las diferencias por sus emolumentos entre el ex jugador y el club, que son de unos 200 euros, se habían limado. Pero Manolo Botubot, después de tener que lavar las lágrimas de unos chavales que habían quedado eliminados defendiendo los colores de su equipo, se entera a través de la web oficial que él no entraba dentro de ese organigrama.
No voy a ser yo quien diga si Botubot está cualificado para formar parte de los técnicos del fútbol base o si merece esos 200 euros de más. Tampoco seré yo quien diga si esa cantidad de dinero es excusa para un club que sabe sacar dinero de cada rincón del Carranza. Pero sí me parece lamentable y penoso que tras el campeonato se les exija a esos chavales del alevín (recordemos que es una categoría inexistente en el club) que devuelvan las equipaciones del equipo. Un premio que sería más bien moral que material pues poco valor puede tener unas equipaciones de una marca que ha dado más problemas que satisfacciones por la falta de calidad de sus productos esta temporada.
Ya sé que no tiene la misma publicidad regalarselas a ellos que hacerlo a una ONG melillense (para ellos sí es un premio material) ya que no habría fotos de por medio. Pero esos chavales si han hecho publicidad gratuita de su club a través de la televisión (el campeonato es televisado para toda España). No era tan difícil darles ese “regalo”.
Mientras ayer un servidor se alegraba de buenas noticias en torno a la cantera, hoy tengo que apenarme porque hay cosas que siguen sin funcionar en este club.