Lo bueno que tienen los partidos como el del otro día es que al atribulado cadista les hacen pensar y afloran en su mente preguntas filosóficas que perturban y más turban desde el albor de los tiempos a la humanidad, como, por ejemplo, ¿quiénes somos?, ¿pa qué venimos?, ¿qué puñetas hace Servando ahí?, o ¿existe vida inteligente en el centro del campo?
Como sigan haciendo el ridi vamos a terminar aburridos, como ovejas eléctricas con las que sueñan los androides en sociedades distópicas.
La ilusión ni tocarla, pero el balón sí, hijo, el balón, sí. Porque hoy día el Cádiz de yo, Claudio es incapaz de trenzar una jugada, de tocar la pelota con sentido. Consentidos están algunos futbolistas, que en el halago son los mejores pero a la mínima crítica se vienen arriba, se ofenden y se mosquean con el personal.
Parece que para algunos ponerse la elástica amarilla supone como las ratas para Orwell en 1984, la peor de las pesadillas. Se quedan agobiados y con carita de cordero degollado.
Dice Josete que hay que hacer algo con el balón parado. Claro, Juan Breva, con el balón parado lo que hay que hacer es moverse, que los que os quedáis parado sois vosotros, que tenéis menos intensidad que una bombilla de los chinos, que hacéis internacional absoluto a cualquier rematador de tres al cuarto.
Hasta el mismísimo Valentino Rossi da más patadas que la defensa del Cádiz.
Precisamente para las jugadas a balón parado es para lo que se fichó a Abel, un lobo con piel de cordero, y que decían que era bastante técnico. Será técnico de Fagor, porque lo que es con el balón por ahora ha demostrado que tiene un guante, pero no se sabe bien si es un guante de crin o una manopla de esas para coger las pizzas del horno.
Desde luego que se lució el cordero de Dios con la plantilla que conformó. Y la gente alarmada con que Pina haya dicho que no reforzará al Cádiz en invierno. Como si lo hubiera hecho en verano, como si ellos fueran garantía de éxito. Que le pregunten al Hércules o al Racing de Santander, por poné un poné. Al fin y a la postre, ¿quién es Jorge Cordero? ¿Cordero?, el que trajo tres porteros.
Llega la hora del rey del regate a trompicones. Esperemos que se mueva en los despachos como lo hacía por la banda derecha, que los dioses futboleros lo iluminen y le sean propicio, y que acierte a reforzar la plantilla en el supermercado de invierno. Pero que no nos venga con el cuento de “claro que ficharemos… siempre que mejore lo que ya tenemos”, que esa sí que es la madre del cordero.
José Manuel Ramos 'Pichili'
Colaborador de Portal Cadista, 8TV y SER Deportivos Cádiz.