No sé si se tomarán decisiones en las próximas horas. Pero si no se hace estarían dejando claro el empecinamiento de no reconocer los errores propios y la pésima planificación de la temporada. Tampoco sé si Antonio Muñoz después del resultado de hoy y después de ver que estamos a pocos puntos del temido pozo seguirá pensando que el objetivo principal es el ascenso. Bien haría en corroborarlo en las próximas horas o cambiar el discurso tras nueve partidos y abogar simplemente por la permanencia, un objetivo que parece más acorde con lo demostrado por el cuerpo técnico en estas primeras jornadas y del que ya pocos confían en que tengan la capacidad suficiente para afrontar un reto como el que el presidente fijó a principios de temporada. Si mañana vuelve a hablar de ascenso, está claro que Oli no puede seguir siendo entrenador del Cádiz.

La apuesta por Oli fue arriesgada y parece que no tiene tufillo a ganadora. En las próximas horas hay que dejarle las cosas claras a esos aficionados que empezamos a estar hartos de excusas y débiles razonamientos. Lo único cierto es que la imagen de equipo que el Cádiz mostraba en los últimos 4 años ahora mismo lleva camino de convertirse en un difuminado sueño. Ni siquiera somos un equipo.

Sólo pido desde aquí, tanto a Presidente, Consejeros, Secretario Técnico y Entrenador, que sean valientes con esta afición, que depuren responsabilidades, reconozcan errores y tomen las medidas oportunas antes de que sea demasiado tarde.