Casi todos pensábamos en un giro radical a la hora de contratar un nuevo técnico. La falta de experiencia de Oli ha sido una de las principales causas, según la mayoría de aficionados, de la imagen actual del equipo. Por ello se pensaba en hombres con experiencia en los banquillos del fútbol profesional: Paco Flores, Mané, Víctor Muñoz e incluso Lotina, eran de los mas solicitados en los foros cadistas (además de una improbable vuelta de Víctor Espárrago). González goza sólo de una temporada y media de experiencia en ese fútbol profesional en el que estamos inmersos y, aunque todos conocemos el fútbol que le gusta y sus forma de trabajar con el equipo, a pocos se les puede escapar que en su bagaje como técnico sólo consta un ascenso a Segunda (bendito ascenso, dicho sea de paso). Quizás el alto caché económico de los entrenadores con más experiencia haya favorecido que el entrenador que hace cinco meses no servía ahora parezca el adecuado.

Muchas serán las cosas que tienen que volver a sus cauces en este Cádiz para conseguir el objetivo del ascenso (mientras que no se diga lo contrario, sigue siendo ese). Recuperar la solidez defensiva de años anteriores será una de las asignaturas pendientes del técnico gaditano, tanto en movimientos defensivos como a balón parado. Plantilla creo que tiene al igual que la tenía Oli.

Es evidente que la situación en la que va a coger el Cádiz esta temporada, nada tiene que ver con la que existía en la 2003-2004 en la qué dejó nos dejó en el séptimo puesto antes de marcharse al Albacete donde fue cesado esa misma campaña en la jornada 24 tras perder frente al Numancia en el Carlos Belmonte. Ahora no se trata de mantener al submarino amarillo en la categoría de plata sino hacerlo surcar de nuevo por las aguas de la Liga de las Estrellas. Para ello, como digo, tiene en sus manos una plantilla infinitamente superior que la de aquella ocasión. Tanto en calidad como en experiencia de sus jugadores.

Su buen trato con la prensa (y la prensa con él) también va a proporcionarle la tranquilidad necesaria para afrontar este importantísimo reto. Y es que eso siempre ayuda. Por mi parte, desearle toda la suerte del mundo al nuevo entrenador porque sus éxitos serán los de todos los cadistas.