“No hay un genio sin un gramo de locura”. Aristóteles.
Primera victoria de la temporada lejos de Carranza. El Cádiz volvía al Cadillac del 59, o sea, al Anxo Carro de infausto recuerdo, el lugar de los hechos, donde se perpetró uno de los mayores latrocinios de la historia del balompié patrio.
En un momento crítico para el entrenador el equipo jugó a lo que sabe y fue un calco del Cádiz de la liguilla: pasando las del Veri atrás y con una efectividad asombrosa a la contra. No nos engañemos, los de Cervera jamás serán la naranja mecánica de Rinus Michels. ¿De fútbol total?, de fútbol ni hablar, que mucha posesión, mucho ataque y mucho cuenterete pero, al final, gana el que la mete (con perdón).
El partido dormiría el sueño de los justos en el cajón del olvido cadista de no ser por la invención del Gitano. Fue un instante mágico, una asistencia prodigiosa, un zas en toda la boca a sus detractores (¿cómo era?, “fuera de Carranza, no te queremos…”), una cobra a la defensa del Lugo que ni la de Bisbal a Chenoa, un taconazo por Alegrías de Cádiz en plan tirititran, tran, tran, toma, Alvarito, márcalo tú, que a mí me da la risa.
Una genialidad comparable a la de Ángel León, que ha descubierto “la luz del mar”. A poco que sea más baratita que la de Eléctrica de Cádiz se forra el vidente de Aponiente.
En un fútbol que se aleja de su naturaleza primigenia, que da la espalda a sus aficionados para entregar la cuchara al vil metal, donde la garra y la fuerza se imponen en detrimento de la alegría, la calidad y la técnica, diabluras como la del nueve cadista reivindican la pureza de lo que un día fue solo un juego por el placer de jugar y hoy no es más que un burdo negocio.
Decía Aldous Huxley que el secreto de la genialidad es el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez, nunca perder el entusiasmo.
Cada vez juega menos, pero ojalá que Dani Güiza aguante el genio, no se aburra y mantenga ese espíritu travieso para que sigamos disfrutando de su calidad y nos regale -aunque sea con cuentagotas- genialidades como esa. Es su esencia. El Arte puro.
José Manuel Ramos 'Pichili'
Colaborador de Portal Cadista y Radio Cádiz