En el fútbol, la situación del equipo marca los mensajes, los miedos, las esperanzas, las tristezas, las alegrías. Es tan viejo como el propio fútbol. En diciembre el Cádiz estaba a 5 puntos del ascenso y ahora se encuentra más alejado de él que de la 2ªB. Además, en la afición se respira un deseo de limpieza en la plantilla para afrontar la próxima campaña. Así pues, el mensaje del miedo, el olor a catástrofe y el lagrimeo fácil y sensiblero afloran desde los despachos. Nada que no se haya inventado ya.

De las palabras en el Diario de Cádiz del máximo dirigente amarillo, se pueden extraer dos enigmas de los que ojala sepamos más en las próximas fechas.

- ¿Cómo es posible que a principios de esta temporada el presidente clamara a los cuatro vientos que el Cádiz no vendería a ninguno de sus jugadores porque no hacía falta hacerlo y ahora se diga que la situación económica podría hacer peligrar incluso el pago a los jugadores si no hay financiación? Si eso es así, algo que no tengo por qué dudarlo, estaríamos delante, además del fracaso deportivo, de un autentico fracaso en el proyecto económico.

- No tengo constancia de que el consejo de administración del Cádiz CF hiciera una petición pública para llevar a cabo esa ampliación de capital de hace dos temporada, la cual según Antonio Muñoz, fue solventada por parte de los propios consejeros. Ni siquiera a través de su web oficial se informó de ello. No se explica, por tanto, la lamentación de que no haya aparecido ningún capital externo. Incluso llega a argumentar que no se quiso abrir las puertas a gente de fuera, algo incompatible con ese malestar.

Cinco meses, dos frases, dos mensajes. El último de estos mensajes, el del miedo. Ese miedo que se inculca a aquellos que pisan la trayectoria incorrecta. Lo dicho, todo está inventado.