Lleva ya el Cádiz C.F. más de una veintena de partidos sin ganar. Ha habido cambio de entrenador, Sergio González ha cedido el testigo a Mauricio Pellegrino, pero la vida sigue igual. El equipo amarillo no da más. Tras los primeros dos partidos (Ath. Bilbao y Villarreal) con el técnico argentino parecía que el equipo retomaba su firmeza defensiva, pero contra el Betis se volvió a la senda de la derrota. El equipo no tiene gol y la situación es ya de extrema preocupación.

Analicemos como hemos llegado a este punto. Desde la dirección en los despachos, Manuel Vizcaíno ha prometido por activa y por pasiva una gran inversión en el equipo en las últimas dos pretemporadas. Dicha inversión no llega y la plantilla echa de menos algunos de los nombres que se han ido este pasado verano, sobre todo al Pacha Espino y a Theo Bongonda. La dirección deportiva no tiene un rumbo claro, fichan a desconocidos y casi siempre se equivocan con los nombres. Una excepción fue Jonsson en su momento. Pero desde el armenio Haroyan hasta el sirio Ousou pasan cada año una serie de jugadores que no aportan nada. El salto de calidad prometido nunca llega.

Se podría echar parte de culpa a los arbitrajes sufridos por el equipo en algunos partidos, pero futbolísticamente, el equipo, no juega a nada.

El club está invirtiendo en el Sportech City Cádiz, un proyecto de 370 millones de euros, algo muy desorbitado y totalmente innecesario si el equipo acaba en segunda división. ¿Qué hubiera pasado si la directiva hubiera invertido un 10% de ese dinero en una mejora clara de la plantilla? Estaremos de acuerdo en que no estaríamos con 17 puntos y 15 goles a favor en la jornada 25.

Y ya, Vizcaíno, no sirven cartas a la afición. Ya están cansados.

Agustín Reales Morales