Ni lo hizo tras la primera semifinal ni al acabar la final del Trofeo.

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El viernes el técnico del Málaga Manuel Pellegrini, tras vencer al Sporting de Lisboa, no ofrecía rueda de prensa tras el partido excusándose con que lo haría al día siguiente tras finalizar la final. Eran dos partidos en 24 horas, se entendía en ese momento la decisión y todo quedaba emplazado al partido del sábado.

Pero esta rueda de prensa tampoco llegaría. Tras pitar Turienzo Álvarez el final del partido y haberse llevado a cabo la entrega de trofeos sobre el césped del Ramón de Carranza, los medios de comunicación acudían a la sala de prensa del estado gaditano para recoger las impresiones de los dos entrenadores. Jose González compareció pero Pellegrini, un día más, tampoco lo hizo.

Un mal gesto hacia un Trofeo que tiene más de medio siglo de historia y por sus carteles han pasado equipos, entrenadores y jugadores de talla mundial. Ni mucho menos eso empaña la categoría de un club como el Málaga CF, que se mostró como un club señorial en todo momento, pero sí deberían hacerle ver al técnico chileno que su decisión no fue la más acertada.