Este martes tuvo lugar en el Ayuntamiento de Cádiz la tradicional presentación del cartel del Trofeo Carranza. En esta ocasión el pregonero de la LVIII era Manuel Santander, que hizo gala de su humor para conformar un pregón en el que estuvieron presentes muchas estampas del torneo veraniego de hace muchos años.

La presentación del conocido chirigotero, y autor del pasodoble que se convirtió en himno oficioso del Cádiz CF, corrió a cargo de Manolo Camacho, quien explicó a los presentes cómo Manolo Santander escribía coplas de carnaval al Cádiz CF antes de que lo hiciera nadie y que además lo hacía de manera seria y huyendo del chiste fácil. “Su cadismo no hace falta demostrarlo, que el Cádiz está en su corazón no cada domingo sino el resto de los días”.

Santander comenzó su pregón recordando cómo vivía la ciudad la llegada del Trofeo Carranza y cómo en el estadio gaditano se podía disfrutar de jugadores y equipos de los que no se tenían referencias que no fueran las de la prensa escrita.

Al cartel conformado este 2012 lo calificó como raro y quiso resaltar que no significaba que fuera malo. “Pues con todo el respeto que me producen tanto: El Rayo Vallecano, equipo muy querido en Cádiz y hermanado con nuestra afición. Como Osasuna que es la tradición, la historia y la honestidad hecha club de futbol. El Cádiz, que es el Cádiz y punto. Y el Nacional de Madeira que es de Madeira como Pinocho. Deben de reconocer que el cartel es raro, pero raro con cojones. Por más encuestas que se hicieran nadie en el mundo hubiera juntado a estos cuatro equipos en el cartel de un Trofeo y esto tiene un mérito horroroso. Ver al Madrid, al Barcelona o al Milán es una tontería muy grande, eso está ya muy visto. Pero sin embargo quien se puede resistir a asistir a un Cádiz-Nacional de Madeira. ¡¡Por Dios!! Eso no ha pasado en la vida, eso es algo insólito, quien se va a perder la oportunidad de contarles a sus nietos, yo estuve allí. Eso no se ha visto en la vida, es algo como ver el Rayo Verde, o a Antonio Muñoz pasar por caja”.

Al término del mismo recibió una réplica del Trofeo, cuyos originales por cierto no se encontraban en el Ayuntamiento por no haber llegado a tiempo, y recibió un caluroso aplauso por parte del público que llenaba el salón de plenos del consistorio.