En el descanso se oyeron pitos al equipo y contra el máximo accionista Antonio Muñoz.

Foto: portalcadista.com

Cabizbajos se marcharon los aficionados cadistas que dejaron unos minutos después de las siete de la tarde el estadio Ramón de Carranza tras ver que su equipo era incapaz de doblegar a uno de los conjuntos que está luchando por eludir el descenso de categoría.

La parroquia cadista ya ha sido testigo de partidos parecidos en su estadio y en los que sus jugadores se dejaban puntos atrás en su feudo. Parte de ella mantuvo la esperanza de que en los minutos finales llegara el gol de la victoria y jaleó al equipo en ocasiones antes de que Arroyo Cortés pitara el final. Tras ese momento, el silencio fue la tónica general de la grada.

Antes, sobre todo al descanso, se pitó al equipo cuando se marchaba a los vestuarios por debajo en el marcador. También durante el intermedio se escucharon gritos en contra del máximo accionista Antonio Muñoz y cánticos que pedían la venta del club.

Pero fue alrededor del cuarto de hora cuando se produjo el momento más desolador del encuentro, que fue un repentino periodo de enmudecimiento total de la afición cadista, que ni cantó, ni dijo nadie una palabra más alta que otra.