
Durante la primera mitad fueron varias las ocasiones en las que el murmullo aparecía cuando una y otra vez se perdían balones en el centro del campo y las imprecisiones en los pases hacían acto de presencia. Unas protestas que arreciaron cuando a la media hora Ayina conseguía el único tanto del partido. En ese momento, y mientras el rival festejaba el tanto, se pudo oír en fondo sur el cántico de “vete a tu casa, Manzano vete a tu casa”. Cuando los jugadores cadistas enfilaron el túnel de vestuarios en el descanso los pitos vinieron desde la totalidad de la grada.
En la segunda mitad, y con la mejora de la imagen del Cádiz, la grada animó a los suyos intentando insuflarles ánimos para al menos lograr el empate. Éste no llegó y de nuevo sonó música de viento al término del encuentro.