Con la derrota de ayer por uno a cero ante el Cádiz, el equipo que dirige Pep Martí se ve con la obligación de hacer, al menos, un gol en el Heliodoro para forzar el empate, la prórroga y su clasificación para la siguiente ronda, ya que, por puestos en la tabla, el empate daría el pase al cuadro canario sin necesidad de tanda de penaltis.

Anotar al menos un tanto es una tarea que, a lo largo de la temporada, han sabido hacer dieciséis veces, mientras que, por tanto, solo cinco veces han acabado los noventa minutos sin fusilar la portería rival.

Diez victorias, nueve empates y solo dos derrotas son los registros locales de un Tenerife que debe poner toda la carne en el asador para remontar una eliminatoria que, de momento, tiene al Cádiz como vencedor. 25 a favor y 14 en contra es el balance goleador como anfitriones.