El central Aridane Hernández, que este verano fue trapasado a Osasuna por 1,5 millones, regresó al que ha sido su estadio durante dos temporadas, el Ramón de Carranza, y lo hizo para ocupar un lugar en el palco, ya que Diego Martínez decidió ni alinearlo en el titular ni siquiera dejarlo en el banquillo.

Aridane no estuvo solo en su vuelta a Carranza, ya que un nutrido grupo de amigos del canario de su etapa de residencia en Jerez de la Frontera, que se concentran habitualmente en la Cervecería de Diego se presentaron en Cádiz vestidos de rojo, con pelucas rizadas y animando con cánticos al central.