El vizcaíno siempre recordaba el año pasado la máxima su mister uruguayo, el tan escuchado “partido a partido”. Él también es un hombre experimentado y sabía que esa era la única manera de conseguir metas importantes. A buen seguro que este año seguirá con la misma mentalidad y ahora su cabeza no pensará más allá que el Cádiz – Real Madrid del día 28 a las nueve de la noche.

El domingo tendrá enfrente a, quizás, la línea atacante más mortífera de la Liga. Jugadores reconocidos mundialmente y que casi siempre terminan en la parte alta de la tabla de goleadores al final del campeonato. En jugada, a balón parado, en ataques estáticos o a la contra, los madridistas tienen el gol como obsesión y basan su juego en un fútbol netamente ofensivo. Casi todos los jugadores del Real Madrid que pisen el domingo el césped de Carranza tendrán en su cabeza perforar la meta cadista y Armando estará ahí a buen seguro para impedirlo.

El Zamora de la división de Plata  estará arropado por 20.000 gargantas desde las gradas del Carranza. Y el de Sopelana sabe agradecérselo con grandes actuaciones.