El Cádiz presentó esta pasada jornada una novedad con respecto a otros partidos. Al menos era la intención de inicio, porque la defensa con tres centrales y dos carrileros estuvo en funcionamiento muy poco tiempo durante el encuentro. Así lo explicaba hoy Garrido, que formó parte de esa zaga en el Municipal de San Pablo. “Fue algo novedoso porque es algo que no habíamos trabajado durante el año, lo hicimos el jueves en el entrenamiento en Carranza y las sensaciones fueron buenas. Ese era el pensamiento pero cuando nos metieron el gol Tomás subió un poco más, Bermúdez estuvo más de lateral izquierdo”.
 
Explicó la jugada del penalti, una mano involuntaria pero que fue castigada con penalti de manera acertada. “Es una jugada en la que voy a disputar y hasta el árbitro me dice que es una mano no intencionada pero que ya no hay manos involuntarias. Estaba en el área y era penalti. Sé que es clara y me pega el balón”.
 
El trabajo, además de lo puramente deportivo, también está siendo encauzado en el aspecto psicológico. Para el central lo ideal es intentar olvidar lo pasado y centrarse en que hay que conseguir cuanto antes una victoria. Como él mismo admite, ya no hay tiempo para esperar y tiene que ser contra el Melilla este próximo domingo. “En el cambio de entrenador también se mira eso. Que haya aire fresco en el vestuario y mentalidad nueva. Es complicado porque estamos en una dinámica difícil y el equipo tiene que estar fuerte, evadirse un poco de lo que ha pasado hasta ahora. Estamos trabajando en ello”.

Escucha la rueda de prensa completa