Ante el Écija Balompié, en la primera vuelta, Ramón Blanco cogía las riendas del Cádiz CF en el banquillo para poder cambiar tras la destitución de Alberto Monteagudo una dinámica de cinco puntos de veintiuno posibles. Pero más bien su llegada agudizó aún más si cabe la situación del conjunto amarillo porque no se  sumaría ningún punto con él al frente.
 
Hoy recordaba esos momentos en los micrófonos de Onda Cero Cádiz en su tertulia de los martes en el Restaurante Arana y los definía como “las tres peores semanas de mi vida como entrenador. Nunca lo he pasado tan mal como en esos tres partidos”. Ahora trabaja con la dirección deportiva del club un puesto en el que “me lo paso bien porque hago lo que me gusta”.
 
Confía en el equipo para salvar la categoría. Para lograrlo cree que serán necesarios seis puntos más, aunque sí tiene claro que deben conseguirse  cuanto antes para poder trabajar en una temporada próxima en la que augura “habrá novedades. Hay que pensar que no todos los futbolistas que juegan en Segunda valen para Segunda B. Para empezar, un jugador no se puede asustar al entrar en Carranza”.
 
Ve fundamental la continuidad de Raúl Agné “para que ayude en la confección de una nueva plantilla en la que ya hay una columna vertebral sobre la que poder trabajar”.