Desde el Cádiz CF se no quiere que nada distraiga al equipo de aquí hasta conseguir tener atada de manera matemática la permanencia. Uno de esos asuntos que no se quiere que traspase la puerta de las oficinas del Ramón de Carranza es el futuro de integrantes de la plantilla que acaban contrato el próximo 30 de junio, la continuidad o no del entrenador, o quienes de los que aún tienen vinculación a partir de esa fecha seguirán vistiendo de amarillo no.
Con 41 puntos en el casillero y restando seis jornadas para la finalización del campeonato, sería una temeridad poner la mirada en otro lugar que no sea el de lograr cuanto antes los puntos necesarios para seguir un año más en Segunda División B. Ya el Cádiz tiene la experiencia de años en los que se dio por finiquitada la temporada antes de tiempo y la competición acabó con descenso.
Raúl Agné mantiene la misma intensidad en cada entrenamiento desde el primer día en el que aterrizó y quiere que todo siga siendo así. Habrá tiempo para conversaciones internas y plantear el futuro inmediato. Pero no es eso lo que toca ahora. El partido ante el Écija es demasiado importante como para no prestarle atención.